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"Schumacher" en Netflix, esto es lo que verás

El documental 'Schumacher' que Netflix estrenará el 15 de septiembre es un homenaje especial, íntimo y emotivo al siete veces campeón del mundo de Fórmula 1.

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Todo empieza en un fondo marino, buceando entre tortugas. A su lado, su hija, Gina-Maria, enganchada al brazo y con miedo a separarse de su padre. Unos segundos después, el túnel de Mónaco se abre paso con el rugido de un Ferrari de Fórmula 1 con motor V10; la mejor banda sonora posible.

Así comienza Schumacher, el documental que busca descubrir al Michael Schumacher más humano, a la persona detrás del siete veces campeón del mundo de F1.

Sus récords han permanecido intactos hasta hace poco –cuando Lewis Hamilton y Mercedes han ido conquistando algunos de ellos–, sus sombras han planeado sobre su figura desde aquel lance con Damon Hill en la batalla por el título de 1994, pero su lado más personal siempre permaneció oculto bajo la pátina de piloto implacable y extremadamente virtuoso. 

Es precisamente esto último lo que la productora alemana B|14 FILM GmbH ha tratado de hacer emerger ante sus cámaras, bajo la dirección de Hanns-Bruno Kammertons, Vanessa Nocker y Michael Wech y la colaboración inestimable de Corinna Schumacher, esposa del ex piloto alemán. El filme estará disponible el 15 de septiembre a nivel internacional en la plataforma de contenido en streaming Netflix, pero Motorsport.com ha podido acceder a él en primicia.

Desde los primeros minutos sobrecoge imaginar el valor de la familia del siete veces campeón del mundo para lograr hablar ante la cámara, recordar y mostrar la cara más personal de su padre/marido/hermano/amigo casi ocho años después del accidente de esquí en la estación francesa de Méribel.

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Aunque desde entonces la información sobre su estado de salud ha sido prácticamente inexistente, en la hora y 52 minutos de duración de Schumacher se dan ligeras pinceladas que ayudan a comprender la situación actual de Michael, sobre todo gracias a las palabras, emocionadas, teñidas de lágrimas, de Corinna hacia el final del documental.

El testimonio obliga a aguantar la respiración a aquellos que crecimos con los éxitos del alemán vestido de rojo (e imaginamos que al resto, también), después del complicado arranque de su relación con Ferrari, que es uno de los pilares del filme, donde se muestra cómo todos dudaron de sí mismos y de los que les rodeaban hasta que en 2000 comenzó la racha imparable. 

En contra de lo que pudiera parecer ante las cámaras, Jean Todt, jefe de Ferrari en aquellos años gloriosos, califica al alemán de "persona reservada y tímida a la que le agobiaba estar rodeada de mucha gente". 

El Schumacher más íntimo y humano se muestra en varios de los vídeos caseros que Corinna ha facilitado a los cineastas, donde se le ve jugando con sus hijos (Gina-Maria y Mick, ahora también piloto de F1) o de fiesta con amigos entre temporadas. 

Sin querer entrar en spoilers, uno de los momentos más interesantes del filme son los minutos que se centran en el accidente de Ayrton Senna en el GP de San Marino de 1994 y cómo afectó la muerte de su rival brasileño –de quien tenía un póster en su habitación "cuatro o cinco años antes"– al alemán en los siguientes meses. 

Schumacher recuerda que fue a Silverstone para dar unas vueltas con un coche de calle y empezó a "analizar todos los puntos donde podría morir, a pesar de las veces que ya había corrido allí". "Fue una auténtica locura", recuerda, emocionado, en una entrevista de hace años.

La cinta no deja de lado los momentos más polémicos de su carrera deportiva, ni siquiera aquel GP de Bélgica de 1998, cuando estuvo a punto de llegar a las manos con David Coulthard, o el incidente con Jacques Villeneuve en Jerez 1997, del que Ross Brawn ofrece una interesante retrospectiva.

Como cabía esperar, y más si tenemos en cuenta la duración, no es el retrato completo del Kaiser, pero se acerca mucho a ello. Es cierto que nos habría gustado que no se pasaran por encima ciertos momentos, que los contamos a continuación, pero el viaje que nos propone este documental merece (y mucho) nuestra atención.

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¿Qué le falta al documental Schumacher?

Pese a que repasa toda la trayectoria del primer siete veces campeón del mundo de la Fórmula 1, desde sus inicios en el karting con una unidad de fabricación artesanal que le construyó su padre y sin presupuesto alguno ("Nunca pensé que llegaría a ser piloto de monoplazas; no tenía dinero para ello"), hasta su retirada definitiva tras su aventura con Mercedes GP, alguna temporadas se pasan rápidamente por encima.

Se incide durante gran parte del documental en el estreno inesperado con Jordan en el GP de Bélgica de 1991, su paso a Benetton, sus títulos junto a Flavio Briatore y la llegada a Ferrari. A partir de ahí, la cinta se centra en contar lo complicado que fue triunfar de rosso para Schumacher, en contra de lo que pueda parecer por los cinco títulos consecutivos que llegarían después. Pero es precisamente después de 2000 cuando el filme pierde contenido competitivo. 

El regreso inesperado con Mercedes –que asentó las bases del dominio actual del equipo anglo-alemán– también se solventa en apenas unos minutos, para pasar a centrarse durante la última media hora en el accidente de esquí y cómo vive su familia su estado actual casi ocho años después. 

Además, aunque aparecen grandes nombres de la F1 como Bernie Ecclestone, Damon Hill, Jean Todt, Ross Brawn o Sebastian Vettel (fugazmente), se echa de menos, sin ir más lejos, la presencia de Fernando Alonso, quien puso fin a la racha ganadora de Ferrari y quien protagonizó duelos antológicos con Schumi en 2005 y, especialmente, 2006. 

No hubiera estado de más que algún ex compañero como Rubens Barrichello o Felipe Massa hubiera dado su versión de cómo era trabajar dentro del mismo equipo con la personalidad férrea y perfeccionista de Schumacher.

Lo que sin duda no echamos en falta, pero habrá quién sí, son imágenes del accidente o el lugar del mismo, u otras que muestren directa o indirectamente la situación actual del alemán. En ese sentido, la familia sigue respetando de manera inquebrantable la privacidad de la leyenda.

El llanto desconsolado del alemán tras igualar las 41 victorias de Senna en la F1 en Monza 2000 con Mika Hakkinen y su hermano, Ralf, en la rueda de prensa; los ojos teñidos de emoción de su esposa, Corinna, a los pies del podio en el GP de Japón 2000, cuando el sueño de ser campeón con Ferrari se cumplió o la voz afectada de Mick Schumacher al hablar de su padre son el corazón del documental.

Una imagen final nos muestra a Michael con los brazos abiertos y una camisa blanca en una azotea, abrazando la leyenda que construyó, la familia que creó junto a Corinna, los recuerdos que marcaron a una generación de aficionados y pilotos de la F1, la memoria colectiva de un símbolo del deporte mundial. Es un abrazo también a la esperanza remota de que el estado en el que esté le permita una sonrisa cada vez que sus más allegados pasen a verle. Keep fighting, Michael! (Sigue luchando).

 

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