¿Y para qué vinimos hasta Melbourne?
Haber viajado hasta Melbourne para ver como los temidos acontecimientos se iban dando en cuestión de horas lleva a la pregunta más básica: ¿Porqué tuvimos que llegar hasta aquí?
Foto de: Sam Bloxham / Motorsport Images
Me lo pregunté varias veces antes de viajar a Melbourne este martes. Para quienes es nuestro trabajo cubrir la Fórmula 1, ante la decisión de la máxima categoría y de la FIA de seguir adelante con el inicio de la temporada, yo, como la gran mayoría de quienes trabajamos en el paddock, seguimos adelante con nuestro plan inicial de viaje.
El temor de que todo pudiese cambiar de repente ha estado latente desde hace varias semanas y cada día las medidas adoptadas por los gobiernos y la OMS no han hecho otra cosa que acrecentar dichos miedos. Llegar a Melbourne siempre ha sido sinónimo de ilusión, pero este año, aunque la hubiese, el sentimiento ha sido de ansiedad más que nada.
Leer de cancelaciones, suspensiones en todo el mundo, medidas extremas y ver que en la Fórmula 1 todo avanzaba con relativa normalidad no reducía esa ansiedad. El mundo estaba en revolución, pero en Albert Park por alguna razón, la programación se cumplía de acuerdo al plan, salvo algunos ajustes para limitar el contacto de los pilotos con prensa y seguidores. Estábamos en una burbuja.
Dispensador de desinfectante de manos fuera del área de hospitalidad vacío de McLaren en el paddock
Photo by: Sam Bloxham / Motorsport Images
Sin embargo esa burbuja se reventó con la alerta sobre los miembros de los equipos Haas y McLaren que estaban siendo sometidos a pruebas por el coronavirus. Antes de salir del circuito el jueves en la tarde hablaba con un colega que trabaja con la Fórmula 1 sobre el ambiente de anticipación enrarecido. “Va a ser incluso peor mañana”, me advirtió.
Pasadas las 10 de la noche llegó la comunicación de McLaren sobre el positivo de las pruebas al miembro de su equipo y la decisión de retirarse del Gran Premio de Australia, siguiendo los protocolos correctos en base a los lineamientos que globalmente se han promulgado. Una decisión valiente, comunicada clara y oportunamente.
Las siguientes 12 horas han sido de poca claridad, si bien todo apuntaba a la cancelación de la carrera tras reuniones que llegaron hasta la madrugada y que se retomaron en la mañana. En Australia el deseo de esa cancelación era ya tendencia en las redes sociales con quienes la pedían. Sin embargo, a las 7:30am del viernes se encendía el motor del Minardi biplaza y poco después salía a pista. Nunca un V10 había sonado tan desafiante.
Zsolt Baumgartner deja los pits en el F1 biplaza
Photo by: Sam Bloxham / Motorsport Images
Lo escuché desde mi hotel, vecino al Albert Park y donde se alojaban miembros de tres equipos diferentes, que decían todos cosas distintas sobre lo que estaba por suceder. El sonido del F1 biplaza indicaba que la programación no se cancelaba y la actividad en el circuito, en ese momento, iba adelante.
Una vez en el escenario, todos nos hacíamos las mismas preguntas, había diferentes informaciones, pero era un hecho que algunos equipos estaban allí siguiendo un protocolo normal y otros no. Ya se hablaba de que Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen habían iniciado su rumbo de vuelta a casa.
En Ferrari, Renault, Mercedes, los equipos más corporativos, había muy poco personal, el lugar de hospitalidad de la Scuderia estaba desierto y el de McLaren cerrado, mientras las cabezas de Red Bull llegaban en bloque, Christian Horner, Helmut Marko y Adrian Newey. Poco después nos enterábamos de que las autoridades de sanidad locales prohibían el acceso del público al Albert Park.
En paralelo la FIA respondía a una consulta de la prensa diciendo que ellos solo podían cancelar la carrera unilateralmente si había menos de doce autos, pues de otra forma había muchos acuerdos comerciales en los que la responsabilidad recaería sobre ellos.
Hacia las 9:45am el personal de Red Bull empezó a dirigirse a su garaje. Desde fuera se escuchaban solo algunas palabras sueltas del discurso de Horner en voz alta explicando la situación a su equipo. “Bahrein no va a suceder” alcancé a oir. También se alcanzó a discernir que estaban listos para seguir adelante con la programación, pero luego él ofrecía disculpas por haber instado a sus mecánicos a preparar todo pues en realidad no iba a haber actividad.
Christian Horner informa a su equipo sobre los acontecimientos antes de que se comunicara oficialmente la cancelación del Gran Premio de Australia
Photo by: Diego Mejía
Luego uno de quienes estaban en el garaje nos confirmaba a unos pocos lo que había dicho Horner. “It´s off”, no hay Gran Premio de Australia nos dijo. Así lo confirmó minutos después un comunicado de Mercedes que informaba la solicitud de cancelar la carrera a la FIA y la Fórmula 1, quienes poco después lo confirmaron en su comunicado conjunto.
Las autoridades de sanidad locales han tirado la toalla solo hasta el viernes en la mañana. Otros eventos masivos locales se habían llevado a cabo en días anteriores, pero no implicaban el flujo de personal en especial desde Europa y el Reino Unido, epicentros de la Fórmula 1, pero donde se han hecho más agudas las medidas en respuesta a la pandemia.
¿Se pudo haber evitado todo esto? Al cancelar o suspender una carrera alguien tiene que pagar los platos rotos. Lo vimos antes con China, hasta que el promotor local no decidió suspender el Gran Premio en Shanghái, ni FIA ni F1 se pronunciaron. El comunicado oficial lo dejaba muy claro, el ente rector y la F1 aceptaban la solicitud de posponer la carrera por parte de Juss Sports Group en febrero pasado.
Christian Horner, director del equipo, Red Bull Racing habla con la prensa
Photo by: Sam Bloxham / Motorsport Images
El comunicado de la F1 y FIA habla de una decisión suya con total apoyo del promotor. Sin embargo, Christian Horner hablando frente a un grupo reducido de medios en el que estuve, fue claro en decir que el promotor local es quien ha presionado el botón. Como ocurrió con China.
La mayor fuente de ingresos de la F1 es la de “hosting fees”, es decir lo que pagan los promotores por poder organizar un Gran Premio. Es un elemento que hace parte de esta discusión, además de lo que estipulen los contratos.
La salud pública y el bienestar del paddock ha contado, claro, pero no ha sido la única consideración. La falta de acuerdo entre todos los equipos una vez conocido el positivo por coronavirus lo ha evidenciado.
Me parece que no hemos visto el final de esta película, que acaba siendo poco más que una escena dentro del contexto de una guerra que está dando el mundo contra un enemigo como ninguno. ¿Cuándo iniciará el mundial? Tal vez habrá preguntas más trascendentales que responder antes que esa.
GALERÍA: Las fotos del viernes en Albert Park
Pulsa Versión Completa en la parte inferior si no te aparecen las imágenes
Be part of Motorsport community
Join the conversationShare Or Save This Story
Subscribe and access Motorsport.com with your ad-blocker.
From Formula 1 to MotoGP we report straight from the paddock because we love our sport, just like you. In order to keep delivering our expert journalism, our website uses advertising. Still, we want to give you the opportunity to enjoy an ad-free and tracker-free website and to continue using your adblocker.
Top Comments