Ilott, entre la "desesperación" y el crédito a Canapino en Indy 500
Callum Ilott, piloto del Juncos Hollinger Racing, explicó "el pánico" que pasó antes de poder finalmente clasificar a las 500 Millas de Indianápolis el sábado y destacó el trabajo de Agustín Canapino para liderar el equipo.
Foto de: Jake Galstad / Motorsport Images
Mientras el equipo Juncos Hollinger Racing disfrutó de una buena semana de preparación con Agustín Canapino de cara a la clasificación para las 500 Millas de Indianápolis, que se coronó con el argentino asegurándose el sábado su lugar para la gran carrera del próximo domingo, del otro lado del garaje Callum Ilott, en su segundo año en IndyCar y en las 500, vivió un calvario.
El piloto británico finalizó en la 34º y última posición el miércoles en las pruebas, después fue 32º el jueves y finalmente el viernes volvió a quedar 34º, esta vez prácticamente sin girar durante las seis horas de actividad en el Indianapolis Motor Speedway después que el equipo decidiera cambiar de chasis para la actividad crucial del sábado.
"Tenemos que hacerlo porque está claro que hay algo mal en el chasis actual, eso es lo que creemos. Después de hacer todo lo posible durante toda la semana, (el auto) en realidad no es seguro tal y como está ahora, así que siempre ponemos la seguridad por delante de nuestros pilotos", explicó Ricardo Juncos, jefe del equipo, a NBC Peacock.
Ante este panorama, la situación que enfrentaban Juncos e Ilott para tener un lugar entre los 33 participantes de las 500 Millas de Indianápolis se veía muy difícil en la previa de la clasificación, ya que el piloto de 24 años debía enfrentar la sesión con un coche que prácticamente nunca había conducido –era el que Canapino utilizó en las pruebas de abril en el Speedway- después de completar apenas 14 giros en el ensayo matinal de ayer.
Callum Ilott, Chevrolet de Juncos Hollinger Racing
Photo by: Geoffrey M. Miller / Motorsport Images
Pese a eso, Ilott logró salir airoso al conseguir un promedio de velocidad de 231.182 mph a mitad de la sesión que le terminaría por asegurar un lugar entre los 30 primeros –fue 28º, un lugar por detrás de Canapino-, evitando así tener que regresar a la pista el domingo y jugarse el todo por el todo para no quedar fuera de la carrera, a la que clasifican 33 de los 34 inscriptos.
"No sé por dónde empezar. Ha sido una semana dura, un mes duro en realidad desde la prueba abierta (en abril). Cambiamos el chasis a mitad del día ayer. Me dieron una tarea casi imposible, por lo que algunos dijeron. Intenté mantener la confianza alta", comenzó Ilott en la conferencia de prensa posterior al repasar lo vivido.
"La primera salida no fue muy buena. Creo que mis ingenieros ni siquiera miraron el video porque les daba miedo verlo. Nos las arreglamos para convertir el coche en algo rápido y conseguimos dar cuatro vueltas", comentó.
Ilott luego explicó cómo vivió el sábado junto al Juncos Hollinger Racing al ver que enfrentaba un panorama especialmente difícil para poder ser parte de la carrera más importante de la temporada de IndyCar.
"Fue un trabajo duro, tratando de permanecer concentrado porque no era fácil. No era un coche agradable de conducir al principio. Pero nos las arreglamos para hacerlo manejable y rápido. Luego, al final, cuando supimos que lo habíamos conseguido, eso fue otra gran cosa. Los invitaré a cenar en algún momento, pero (el sábado por la noche) voy a tomarme una cena tranquila a solas y a desestresarme un poco", dijo.
"Hace 48 horas, incluso aposté que no iba a entrar a la carrera, básicamente porque sabías que no iba bien. En ese momento te entra el pánico, la desesperación. En mi caso, probablemente fui el primero en desesperarme en cuanto conduje el coche el miércoles. Pero tuvimos tiempo para trabajar".
"Hoy estaba muy confiado. Sinceramente, sabía que si conseguíamos un par de salidas limpias, el coche tendría ritmo. Así que sí, es súper especial. En cierto modo, es una de esas situaciones en las que nunca te rindes y demuestras que la gente se equivoca. Al final del día se siente como una victoria aunque estés 27º o algo así. Así es la vida a veces".
Agustín Canapino, Juncos Hollinger Racing Chevrolet
Photo by: IndyCar Series
Por último, Ilott se ocupó de destacar el trabajo realizado por Canapino, quien por los problemas de su compañero debió ser el líder del equipo, sin prácticamente contar con información útil desde el otro lado del garaje para aprender y compararse de cara a su primera clasificación en Indy 500.
"El mérito es de Agustín, porque ha tenido que hacer lo que yo hice todo el año pasado: ir por tu cuenta e ir por todo. Él nos llevó a nuestro punto de partida esta mañana. Sí, no era perfecto, pero no nos alejamos demasiado de eso y eso fue más debido a las peculiaridades de nuestro coche", dijo Ilott.
"Esperemos que ahora podamos construir como equipo, y que el lunes y el viernes (en los entrenamientos para la carrera) consigamos un coche más rápido", finalizó.
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