GP de Mónaco 1988: El día que Senna erró como un humano
El 15 de mayo de 1988, Ayrton Senna se encaminaba a cerrar un fin de semana fantástico en Mónaco, pero una falla propia a 11 vueltas del final le cortó las opciones.
Historia de la F1
Acontecimientos a lo largo de la historia de la Fórmula 1, máxima categoría del automovilismo.
El Gran Premio de Mónaco de 1988 puede ser considerado como la luz y sombra de Ayrton Senna. Muchos recuerdan su actuación del sábado y su vuelta que se califica de perfecta con la que obtuvo la pole position, venciendo a su compañero en McLaren, el francés Alain Prost.
Durante el sábado, el sudamericano consiguió un giro de 1m23.998s, una vuelta que opacó por una gran diferencia ee 1.4 segundos el 1m25.425s obtenido por el francés, un día que el cuatro veces campeón del mundo aún tiene en la mente, tal como recordó hace dos años en Montecarlo en una entrevista para Sky Sports.
"Fue muy especial", dijo Prost a la televisora británica. "Pero, si nos fijamos en los tiempos de vuelta en la clasificación de cuando estuvimos juntos, esto no ocurrió sólo una vez, sino unas tres, cuatro veces, cuando él era mucho más rápido que yo en la clasificación, pero un poco menos rápido en condiciones de carrera".
“En esa ocasión, a Senna no le fue muy bien en los entrenamientos de jueves y el sábado por la mañana, y, de repente, en la clasificación, fue tal vez el mejor, y con su último juego de neumáticos de clasificación, fue absolutamente increíble”.
Para el domingo todo pintaba para un nuevo triunfo del brasileño en el Principado, y durante 66 vueltas, Senna dominó de una forma en que Prost no podía responderle. Sin embargo, todo cambió a 11 vueltas del final cuando su alerón delantero tocó la pared interior de la curva Portier, esa misma donde en cada giro previo había hecho una maniobra similar, llegando al límite pero ganando tiempo.
Un descuido envió el monoplaza fuera de la línea provocando la rotura de su suspensión delantera izquierda, para posteriormente estrellarse, abandonado la carrera y permitiendo que Alain Prost consiguiera la victoria, un triunfo que aunque muchos creen fue un regalo para el francés, él cuenta que no fue nada sencillo.
Ayrton Senna, McLaren MP4-4 Honda
Photo by: Motorsport Images
“Yo era más rápido en la carrera. Nadie recuerda que, en un momento, rebasé un coche, creo que era Eddie Cheever que había rodado en la curva de Loews, yo me quedé 35 vueltas atrapado detrás de él. Pero yo estaba con tiempos fantásticos”.
“Mi intención era poner presión sobre Senna, pero él no estaba presionado, ya que estaba muy lejos en el frente. Quizás haya perdido la concentración, y entonces uno siempre tiene posibilidades de conseguir la victoria”, recuerda Prost sobre aquella tarde en que Senna demostró ser un humano que podía equivocarse.
El disgusto del brasileño fue tal que no regresaría al paddock. Si bien su leyenda en Mónaco sigue viva como el máximo ganador con seis ocasiones en lo más alto del podio, ese día perdió lo que pudo haberle dado su séptima victoria en el trazado callejero.
Mira en la siguiente galería las modificaciones realizadas tras el accidente de Ayrton Senna en San Marino 1994 (Presiona las flechas para cambiar de imagen)
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