Ogier: "Esta fue la temporada más competitiva".

Sébastien Ogier logró un brillo dominante y sin importar el coche, ya fuera con el perfecto Volkswagen Polo R WRC o el desconocido Ford Fiesta WRC, el francés sacó lo mejor de su talento para conquistar su quinta corona de la serie.

Tan pronto llegó al final de la Power Stage en el Rally de Gales, Ogier y su navegante Julien Ingrassia alzaron las manos para festejar un campeonato que hasta hace 12 meses parecía imposible tras la salida de Volkswagen del WRC, que lo dejó de la noche a la mañana sin equipo.

Hoy en día se las arregló para ganar un título con un equipo que, hasta el año pasado, estaban en la parte trasera de la categoría. "Es una emoción que no puedes controlar. Es algo realmente difícil de entender y gestionar en el corto plazo cuando sabes que todo es verdad", dijo el campeón tras salir de su cabina.

"Sin duda es la emoción más fuerte que he probado en mi carrera en el rally. No sé qué pasó esta vez, no sé por qué esto es así, es difícil de explicar. Hemos logrado ganar en este reto. Estoy realmente orgulloso de lo que fuimos capaces de hacer".

"Esta fue la temporada más competitiva en la que estado dentro del WRC y esto fue realmente una cura para este deporte. Fue muy agradable ver a muchos ganadores distintos también en esta temporada, cada equipo se las arregló para ganar al menos dos carreras este año. Creo además que los nuevos coches del WRC han ayudado al espectáculo".

Ogier ha sido considerado durante años como el único y verdadero heredero de Loeb. Y año tras año, se confirma como un piloto legendario. Y, sin embargo, le resulta difícil de creer tener los éxitos con los que cuenta. "Cinco es sólo un número. Claramente es muy bonito, pero nunca me imaginé poder llegar y ganar esta copa del mundo. Sí, este deporte me está dando grandes emociones".

Respecto a su futuro, Ogier dijo: "Por ahora no tengo ningún anuncio que hacer. Tal vez vendrá pronto".