NASCAR se prepara para tomar el nuevo asfalto de Texas

Los recientes planes de Atlanta Motor Speedway por colocar nuevo pavimento no parecen haber sido tomados de la mejor forma. Quizás el remodelado lavado de cara al Bristol Motor Speedway contribuyó al desdén de los pilotos. 

Aunque la mayoría de los competidores se suscriben a la mentalidad de un "Si no está roto no lo arreglen", Texas Motor Speedway, al igual que su pista hermana Kentucky Speedway, no han tenido otra opción. La pista de 1,5 millas lloraba cada vez que la Madre Naturaleza se soltaba, retrasando los tres fines de semana de carrera en 2016. IndyCar fue el mejor ejemplo, con un aplazamiento de 76 días. La Firestone 600, que comenzó en junio, terminó en agosto.

En marzo, la pista se volvió a abrir después de que el proyecto de más de dos meses estuviera terminado. Además de repavimentar la pista y el pit lane por primera vez desde 2001, reemplazando el asfalto calcáreo con un compuesto a base de granito, TMS redujo el grado de inclinación en las curvas 1 y 2 pasando de 24 a 20 grados, amplió la superficie de 60 a 80 pies en esas curvas y agregó un sistema de drenaje para evitar estancamientos. 

El presidente de Texas Motor Speedway, Eddie Gossage, explicó el aplanamiento de las curvas. "Algo que siempre hemos querido hacer es reducir el peralte aquí, así podíamos conseguir que los coches se relantizaran un poco", dijo Gossage.

"Estamos muy entusiasmados y aplaudimos a Eddie ya toda la tripulación en Texas por tomar la iniciativa y seguir invirtiendo para los aficionados", dijo Steve O'Donnell, Vicepresidente Ejecutivo de NASCAR y Director Ejecutivo de Desarrollo de Carreras. Deporte para NASCAR e IndyCar.