Jorge Prado gana su primera carrera en el Mundial de MX2

Los sueños se cumplen, sobre todo si los persigues con todo, con el apoyo de tu familia al completo, y cuentas con el apoyo de una gran estructura como KTM. Jorge Prado, de 16 años, ha logrado este domingo uno de esos sueños que tuvo desde niño y que ahora, ya adolescente, acaricia cada fin de semana en el MXGP 2017.

Tras ser segundo en la primera manga de la mañana por detrás de su compañero de equipo, Pauls Jonass, esta tarde brilló por encima del resto a los pies de las montañas italianas. Arrancó como un rayo, sin mirar atrás y se hizo con el Holeshot, premio al que llega en primer lugar a la primera curva, y tiró hacia delante.

La valentía a veces puede jugar en tu contra, pero cuando confías en lo que te traes entre manos, como ha hecho Prado este domingo en Pietramurata, al norte de Italia, solo puede jugar a tu favor. Pauls Jonass llegó a distanciarse cinco segundos con el español, pero en los últimos minutos de la segunda y última manga del GP de Trentino, el letón tiró de experiencia para recortar la distancia.

A dos vueltas del final, ambas KTM rodaron pegadas una a la otra, con Prado aguantando la presión y el tipo a unos minutos de la gloria. Gloria que llegó finalmente tras un pequeño error de Jonass y el acierto continuo del joven español, que saltó con todas sus ganas bajo el arco de Monster Energy. 

El gallego, además, gana la general del Gran Premio, aunque empatado con Jonass a 47 puntos y se coloca 7º del Mundial. Julien Lieber (LRT KTM) fue tercero con 36 puntos. 

"Fue una gran victoria. Fui cogiendo más confianza con la frenada durante todo el fin de semana. Hice el Holeshot, piloté como sé, Jonass se me acercó, pero es increíble, lo he conseguido. La última curva ha sido increíble", dijo el gallego nada más bajarse de su KTM.

Sueños que se cumplen en una temporada en la que corre sin presión, solo está para aprender, y en la que puede seguir dando sorpresas a los que lucharán por el título, Jeremy Seewer y Pauls Jonass incluidos. Lágrimas en un podio donde el más joven fue el rey.