Márquez utilizó el viernes en Austin para confiar de nuevo en la moto

Marc Márquez, quinto en la primera jornada de ensayos en Austin, se muestra muy satisfecho con sus sensaciones tras volver a subirse a la Honda, configurada igual que en Mandalika, donde se lesionó.

Marc Márquez, Equipo Repsol Honda

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Austin.- El español es un piloto de extremos. Así rompió todos los récords de precocidad; así sumó sus ocho títulos mundiales y así procede también cuando debe lidiar con una situación tan complicada como la que la que ha tenido que afrontar en los últimos meses, en los que las lesiones se le han ido acumulando.

Tras perderse las dos últimas carreras como consecuencia de la brutal caída sufrida durante el warm de Indonesia, que le provocó que los problemas de diplopía se le reprodujeran, Marc Márquez reapareció este viernes en Austin, su circuito talismán y donde ha ganado en siete de sus ocho visitas. Y la cosa salió bien.

El jueves, en la previa, el de Honda dejó claro que no estaba en condiciones de marcarse otro objetivo que no fuera el de salir a rodar y a recuperar la confianza perdida. Cinco vueltas tardó en ponerse al frente de la tabla de tiempos, por más que luego se pasó la casi hora y media que duraron los dos ensayos del viernes, sin que sus técnicos apenas modificaran la RC213V.

Al final, el de Cervera (Lleida) finalizó con el sexto mejor registro, a medio segundo del más rápido (Johann Zarco).

El margen de mejora es grande, y al escucharle hablar, a uno no se le ocurriría descartarle como firme candidato al podio este domingo, y puede que incluso al triunfo.

"Arranqué agresivo porque era la mejor forma de hacerlo. Hoy era mi día; el de volver a confiar en la moto. Utilicé la puesta a punto con la que me caí en Indonesia, la misma base con la que corrí en Qatar. No tenía sentido cambiar", declaró Márquez.

"No fue fácil salir y olvidar lo que pasó en las dos últimas semanas, pero nos salió bien", añadió el catalán, que, según dijo, liberó a su tropa de llevar a cabo cambios en la configuración de su prototipo. La prioridad, esta vez, era rodar e ir construyendo esa seguridad que necesita para ofrecer su mejor versión.

"Este sábado ya volveremos a trabajar para buscar algunos ajustes y, de hecho, el equipo ya tiene varias ideas. Las sensaciones de la Honda de 2022 aún son aquello que más me cuesta", prosiguió el #93, que llegados a este punto da instrucciones muy precisas a su gente, de los temas que él considera sensibles. "Ya les dije que vine aquí a correr, que no me preguntaran por mi estado físico, y que si no estaba bien ya lo diría yo", abundó Márquez, quien, con vistas a la cronometrada de este sábado, "firmaría" meterse en la segunda línea de la parrilla.

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