Artículo especial

'La octava maravilla', por Martín Urruty

Marc Márquez logró su octavo título y está a uno de alcanzar a Valentino Rossi, y sus resultados son el reflejo de una dura labor que ha hecho en los años, tal como nos cuentan Urruty.

Podio: ganador de la carrera Marc Márquez, Repsol Honda Team

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Los récords se apilan y seguirán apilándose. Al principio abundaban las marcas de precocidad porque hizo casi todo antes que el resto: ganar, salir campeón, bicampeón, tricampeón... Ahora Marc Márquez ataca plusmarcas absolutas del septuagenario Campeonato Mundial.

En su crónica de una coronación anunciada, el español venció en Tailandia y se aseguró anticipadamente el sexto título en MotoGP, quedó a sólo uno de Valentino Rossi y a dos de Giacomo Agostini, los máximos campeones. Y todo en siete temporadas -contando la que aún está en curso- en la elite del motociclismo de velocidad.

La estadística sólo muestra un recorte de la realidad, como una foto en la que aparece apenas una parte del paisaje. A menudo carece de contexto y de matices, pero aún en su frialdad desangelada ciertos números son tan reveladores como contundentes.

Cuando todavía faltan cuatro carreras para que concluya la temporada, el flamante campeón ha ganado el 60% de las competencias -9 de 15- y subido al podio ¡en el 93%!, en 14 de las 15. Cuando no ganó, terminó segundo. Su único cero fue en Austin, mientras triunfaba, traicionado por el freno motor de la Honda que le provocó una caída. En un año que hasta ahora ha tenido cinco vencedores -dos de ellos primerizos- con cuatro marcas distintas, el catalán es el único que triunfó con Honda. Así llegó a su octava corona en una década.

El ganador Marc Márquez, Repsol Honda Team, segundo lugar Fabio Quartararo, Petronas Yamaha SRT

El ganador Marc Márquez, Repsol Honda Team, segundo lugar Fabio Quartararo, Petronas Yamaha SRT

Números, marcas y registros adornan la grandeza de Márquez y son, como el oropel, lo que reluce hacia el exterior.

El proceso de construcción del mejor piloto de la segunda década del siglo es el que cimienta las alturas que hoy alcanza sin que haya sospechas sobre cuántos peldaños más podrá escalar. Campeón 2010 de 125 cc. y monarca 2012 de Moto2, Márquez obligó a cambiar una vieja regla que impedía que una escudería oficial alistara a un novato. Honda negoció la abolición de esa norma para sentarlo de entrada en su formación principal.

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El piloto de Cervera heredó en MotoGP el equipo de Casey Stoner y una moto que contaba para su desarrollo con la información provista por el australiano y por Dani Pedrosa. Entendió casi todo de entrada y se adaptó de inmediato. En 2013, su primer año, logró el título y relegó a Pedrosa al tercer lugar. Consiguió entonces imponer al grupo de mecánicos que lo había acompañado en la consagración en Moto2 para que se hicieran cargo de su moto a partir de 2014. Por si en Japón quedaba alguna duda, ganó las primeras diez carreras y, claro, luego el título. Se transformó en el referente absoluto de la marca del Ala a medida que su experimentado compañero Pedrosa, tres veces subcampeón, se encaminaba hacia el ocaso bajo la sombra del extraordinario joven.

Cada vez más escuchado por la ingeniería japonesa, Márquez logró modificar la política de rotación de ingenieros de Honda, una iniciativa tendiente a evitar el aburguesamiento de quienes suponen que tienen un sitio asegurado a la vez que ofrece incentivos al personal. El español consiguió que la marca valorara la necesidad de contar con una columna vertebral fija, más allá de algunas rotaciones puntuales, que contribuye a un mejor entendimiento y a reforzar las nociones de pertenencia al grupo. Marc, que en las competencias tiene siempre cerca a su hermano menor Álex, líder del torneo de Moto2, y a su padre Julià, concibe al equipo de carreras como una familia y así trata a sus integrantes.

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A pesar de la comodidad que podía suponer tener del otro lado del box a un competidor al que dominaba como Pedrosa, ya en la curva descendente de su carrera y al que las prestaciones de Márquez y tantos golpes terminaron empujándolo al retiro, el ahora ocho veces campeón no se amilanó ni urdió peros cuando Alberto Puig le comunicó que negociaba con Jorge Lorenzo para que se incorporara este año a la escudería. A esa altura de 2018 el mallorquín ya había conseguido dominar la Ducati, representaba un peligro futuro mayor al de Andrea Dovizioso y era -aún lo es- el único que le había ganado a Márquez un campeonato en MotoGP, aquel de 2015 que Valentino Rossi aún reclama.

El piloto más joven en ceñirse ocho coronas mundialistas, un récord que le pertenecía a Mike Hailwood, es el único capaz de dominar los bríos de la Honda RC 213V, una máquina que logró empardar la potencia del Desmosedici de Ducati pero que para viajar rápido requiere de un manejo agresivo y un estilo que sólo Márquez puede aprovechar. Tanto es así, que el siguiente piloto de la marca en el certamen, Cal Crutchlow, marcha noveno en el Mundial y ha sumado menos de un tercio de los puntos que acumula el campeón. El esperado duelo con Lorenzo jamás existió.

Aunque los compañeros encararon la pretemporada con físicos menguados, el catalán se recuperó pero el palmesano jamás tuvo confianza en la moto y la sucesión de caídas y lesiones lo alejaron hasta poner en riesgo su continuidad en el equipo -el contrato vigente lo vincula también para 2020- y en el Mundial. A su modo, Márquez puede llegar a contribuir con el retiro de otro campeón.

Si sólo Michael Doohan era capaz de administrar la potencia con el puño y ganar con aquel legendario motor Honda en la segunda mitad de los 90, Márquez -hoy a sólo un triunfo de alcanzar los 54 del australiano en la cilindrada mayor- es el único que puede exprimir la prestación de la moto sin irse al piso a cada rato.

Luego de que concluyera 2017 con 27 rodadas y redujera la cuenta a 23 el año pasado, lleva 11 en 2019 y tantas o más ha salvado. Las últimas dos caídas ocurrieron durante la preparación del Gran Premio en Buriram: la primera fue la más grave y el equipo de HRC, como suele ocurrir, trató de que el tema se diluyera sin dar demasiadas precisiones sobre la mecánica del incidente que, a 140 km/h en la primera práctica, catapultó a Márquez por el aire debido a la supuesta activación del freno motor cuando el piloto cortó el gas en la curva 5, y lo mandó a un hospital tailandés donde los médicos se cercioraron de que sólo había sufrido golpazos.

Moto de Marc Marquez, Repsol Honda Team, tras la caída

Moto de Marc Marquez, Repsol Honda Team, tras la caída

Con el efecto de los antiinflamatorios preparó el Gran Premio y la clasificación, se ubicó tercero en la grilla, siguió durante 25 vueltas al sorprendente novato Fabio Quartararo y en la 26ª y última lo pasó para certificar con triunfo su nuevo título mundial, el octavo.

Al número ocho se lo asocia con el concepto de infinito, y ahora también con Márquez. Nadie puede precedir la finitud de sus victorias, récords y campeonatos. Tampoco si el rival que algún día lo destronará o tomará su posta está ya corriendo en MotoGP o asomando desde algún torneo regional soñando con llegar a ser Márquez algún día.

Podio: el ganador de la carrera, Marc Márquez, Repsol Honda Team y Campeón del mundo 2019

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