Márquez: "En 2019 volveré a tener la presión de ganar, pero así trabajo mejor"

Que Márquez iba a ganar el título de MotoGP esta temporada era algo que se veía venir desde hace tiempo. La mayor incógnita residía en cuándo iba a suceder y el ilerdense no quiso alargar la incertidumbre más de lo necesario. A la primera que tuvo, Marc lo dejó cerrado y a lo grande, ganando la carrera.

Desde que se impuso en Tailandia y fue consciente de que tenía su primer match ball en Japón, el #93 reconoció que hacerlo en casa de Honda sería especial. De hecho, dos de sus cuatro campeonatos anteriores se habían conseguido ya en ese mismo escenario, por lo que podía hacerse una idea del valor para la marca del ala dorada.

Con toda la cúpula en el circuito de su propiedad, el domingo temprano se acercó el propio presidente de Honda a pedirle que rematase la faena. Márquez aceptó el reto y les hizo el mejor regalo posible.

"Antes de la carrera, el presidente vino y me dijo que tenía que ganar el título, y yo le dije, 'ok", desveló Márquez. "No me entra en la cabeza haber ganado cinco títulos de MotoGP de seis. No quiero ser consciente de lo que he conseguido hasta ahora".

Al catalán no le tembló el pulso en ningún momento y, a pesar de que Dovizioso llevó el peso de la carrera durante la mayor parte de las vueltas, fue capaz de aguantar el tirón y devolverle la moneda, llevándole incluso a superar su límite y acabar en el suelo.

"Creo que con presión trabajo mejor", afirma. "Sé que tendré la presión de pelear por el título el año que viene, y espero que eso sea la tónica hasta que me retire. Tengo dos años más de contrato y quiero pelear por el título en cada una de ellas. Cada vez que pierdes el título, eso significa que no has conseguido el objetivo. No me marco un límite. Hemos hecho una temporada muy buena, pero todo se puede mejorar. Cada año intentamos ser mejores. Esto me da más motivación para la siguiente. Cuanto más ganas, más quieres".

Márquez, además, ha aprendido a sobrellevar no solo la presión dentro de la pista sino también fuera de ella, una presión que el pasado curso le llevó incluso a perder pelo por el estrés.

"Este año me sentí más maduro, con una moto mejor. Sin una buena moto no puedes ganar, y sin un buen equipo, tampoco. El año pasado fue mucho más estresante, porque no tenía tanta ventaja y por la adrenalina en Valencia en la última carrera. Si ves los números, este año he sido muy constante, pero constante siendo rápido. Cuando sufría luchaba por el podio, y si tenía un poco más, por ganar. Cuando empiezas un año con buen pie puedes arriesgar más. De todas maneras, puedes cambiar pero la esencia no la puedes perder. El peor momento del año fue en Mugello, porque no me esperaba terminar tan mal. Fue el único error que cometí. Esa fue la clave. La mejor, diría que la victoria de Jerez, porque era la primera europea, y Aragón, porque había que frenar a las Ducati", señala.

A pesar de sus ocho victorias este año y de proclamarse campeón faltando tres citas para el final, la temporada no ha sido ningún paseo, tal y como se vio durante la celebración en la que se le salió el hombro una vez más.

"Mi punto debil fue el hombro, que se me dislocó muchas veces en casa, entrenando. Cuando todo termine, en diciembre, me operaré. Cuando pierdes la cuenta significa que tienes que pasar por el quirófano", explica.

Y es que Márquez piensa en 2019, donde Lorenzo estará al otro lado de su box.

"Cuando se suba a la moto en Valencia veremos cómo va, que seguro que será rápido. Sin rival no hay campeonato, porque son los que te hacen levantarte para ir a entrenar. Con ellos [Dovizioso y Lorenzo] he peleado hasta la última vuelta", finalizó. 

Información adicional de Oriol Puigdemont desde Motegi

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