Honda: “La victoria de Miller no cambia nada”

La victoria de Jack Miller en Assen rompe con una inercia que parecía imposible de detener dadas las circunstancias en las que se compite actualmente en el Mundial de MotoGP. Este triunfo es el primero de una escudería satélite desde el que Toni Elías logró hace una década, en Portugal (2006), también con una Honda, en ese caso de la estructura de Fausto Gresini.

Desde 2006 cuando lo hizo Toni Elías, ninguna moto satélite había ganado en MotoGP

Tras aquel, los grandes premios ganados por alguno de los pilotos de la marca del ala dorada se los reparten Dani Pedrosa (28), Marc Márquez (26), Casey Stoner (15), Nicky Hayden (3) y Andrea Dovizioso (1).

No hay duda de que la meteorología jugó un papel determinante en el bombazo del australiano en Assen, pero a la vez también dejó al descubierto su talento puro, ese que los responsables de Honda detectaron hace tres años, cuando corría en Moto3, y que les llevó a tomar una decisión que traería mucha cola.

Miller dio un salto mortal con doble pirueta al promocionar directamente a MotoGP sin pasar por Moto2, algo que en su día ya hizo por ejemplo otro australiano (Garry McCoy), pero que ahora resulta mucho más difícil de ver.

Esta victoria "significa que el talento que nosotros le vimos sigue allí, ha quedado demostrado, porque es imposible hacer lo que hizo sin tener talento", dicen en Honda

Hasta este Gran Premio de Holanda, el retorno de aquella inversión realizada por Honda era paupérrimo, y el bagaje del #43, horrible: caídas, más caídas, y 25 puntos en 25 carreras. Eso, evidentemente, tuvo su influencia en la mentalidad del chico de Townsville, que a sus 21 años el segundo más joven de la parrilla de MotoGP tras Maverick Viñales, que nació seis días antes que él.

Para rematarlo, un accidente esta pretemporada mientras se entrenaba haciendo motocrós le hizo comenzar el curso cojo –se rompió la tibia y el peroné–, con una lesión que ha arrastrado hasta hace pocas semanas.

“Esto debe ser un punto de partida, tiene que repercutir en la confianza de Jack para que crea más en sí mismo y se tranquilice. Al mismo tiempo, lo que ha pasado no cambia nada porque el año que viene habría corrido con una Honda de todas maneras. Este proyecto se planteó a tres años, de modo que la victoria no cambia nada”, asegura Livio Suppo, el director de HRC.

“Lo que significa”, añade el italiano, “es que el talento que nosotros le vimos sigue allí, ha quedado demostrado, porque es imposible hacer lo que hizo sin tener talento. De cualquier forma, tiene que seguir mejorando”.

Entrenamiento con Crutchlow

Miller es un tipo de trato encantador, cordial, simpático y cachondo que es tan rápido encima de una moto como delante de una buena pinta de cerveza. “El año pasado era un poco salvaje pero ha crecido mucho porque ha entendido que para correr en MotoGP se debe trabajar, trabajar y trabajar. Se ha centrado y ahora se esfuerza mucho”, esgrime Suppo.

“He trabajado como un loco en mi condición física para convertirme en un atleta"

Según se aprecia en su físico, las palizas que se ha dado últimamente en bicicleta junto a Cal Crutchlow, que es una verdadera bestia dándole a los pedales, le han aportado un plus de fuerza y resistencia. El británico, que en La Catedral rodó por el suelo, fue de los primeros en dirigirse al corralito a felicitar a Miller, con quien se fundió en un abrazo que pareció de lo más sincero.

“He trabajado como un loco en mi condición física para convertirme en un atleta. Hace unos días estuve con Cal en la Isla de Man. En una semana nos metimos 500 kilómetros. Duele mucho, pero vale la pena”, zanja Miller, que después de imponerse y recuperarse de la pierna volverá a hacer lo que más le gusta, dar brincos subido a una moto de cros. “Si en Sachsenring me volvéis a ver con una pierna rota ya sabréis que ha pasado”, bromea.