Honda concentra gran parte de la atención en la vuelta del MotoGP

A pesar del llamativo error que cometió en la última parada del calendario, en Assen, hace más de un mes –se cayó en los primeros compases de la carrera–, la contundencia que había mostrado hasta entonces el francés le colocaba en un plano casi inalcanzable para el resto de los rivales, que le veían demasiado lejos.

"El problema es que Fabio es más rápido que yo los domingos", reconocía, en Sachsenring, la prueba anterior a la de Holanda, Aleix Espargaró. El de Aprilia ocupa la segunda plaza en la clasificación general, con 21 puntos menos que el Diablo, y la solvencia que ha demostrado en su mejor temporada en MotoGP le sitúan como el único que podría estar en condiciones de discutirle la corona al de Yamaha. El tercero en la tabla es Johann Zarco, pero la desventaja del de Pramac respecto a su compatriota ya supera los dos grandes premios (58 puntos). Pecco Bagnaia, por su parte, todavía está más lejos –es el cuarto, a 66 puntos de Fabio Quartararo–, de modo que solo una debacle generalizada de quienes le anteceden podría otorgarle al de Ducati alguna opción.

Con este panorama, Honda concentra gran parte de la atención si tenemos en cuenta el agujero en el que anda metida la marca del ala dorada, que arrastra la peor racha de su historia, una sensación validada por los números: figura en el último puesto de la estadística reservada a los constructores y su corredor mejor colocado es  Marc Márquez (13º), a pesar de haberse perdido cinco de las once carreras disputadas hasta el momento.

 

Tras someterse hace dos meses a la cuarta operación en el húmero derecho, la recuperación del brazo parece ir por el buen camino, o al menos eso es lo que se intuye a través del contenido que él mismo cuelga en las redes sociales, entrenando. Honda espera verle sobre la moto antes de que el Mundial ponga el cerrojo, en Valencia, a principios de noviembre, pero sobre todo quiere contar con su opinión en los ensayos que deben llevarse a cabo antes de invierno. Que Márquez pueda tomar parte en los entrenamientos de después de la prueba en Misano, dentro de un mes, parece difícil, mientras que sí es mucho más factible verle en los que se celebrarán en Cheste, después del último evento de este 2022.

A la espera de ver cómo evoluciona el #93, la vertiente más llamativa atañe a los contratos que deben firmarse en el taller del equipo oficial de Honda –LCR anunció la contratación de Alex Rins y se espera que pronto haga lo mismo con Ai Ogura en el puesto de Takaaki Nakagami–. Por un lado está la llegada de Joan Mir como compañero de Márquez, un asunto que se ha dilatado más de lo que el mallorquín habría deseado tras la decisión de Suzuki de abandonar el campeonato a final de curso, porque ha colocado al fabricante de Tokio en la posición de fuerza en las conversaciones con el #36.

Al mismo tiempo, HRC también debe renovar el contrato que le vincula a Repsol como patrocinador principal de su escudería de referencia, algo que hace unos meses podía darse por descontado pero que también se está demorando más de lo esperado.