Artículo especial

'El hombre menos pensado', por Martín Urruty

Si la estirpe de campeón que Andrea Dovizioso mostró para ganar en Austria fuera constante en su prestación tal vez Marc Márquez tendría un final de año más incómodo, escribe Martín Urruty.

Podio: Andrea Dovizioso, Ducati Team

Podio: Andrea Dovizioso, Ducati Team

Michelin Sport

Sólo uno de los dos era capaz de lanzarse de ese modo. Y se creía que era Marc Márquez. Porque apenas unos pocos se animan, temerarios, a jugarse un pleno en la última curva de un Gran Premio como Valentino Rossi sabía hacerlo a principios de siglo. Por eso, cuando el campeón llegó a la curva final, en tercera marcha y a unos 155 km/h, pareció que tenía la carrera ganada. Que, finalmente, iba a sacar al Gran Premio de Austria de la lista de pendientes. Entonces, Andrea Dovizioso se reveló como aquel que fue campeón mundial de 125 cc. en 2004, asumió riesgos que iban más allá de cuanto pudo calcular en las vueltas anteriores y se atrevió a pelearle a Márquez en el viraje final como el español lo había intentado con él dos años antes. Aquella vez, el italiano intuyó la movida, lo dejó entrar pasado, se cerró antes para salir acelerando y le ganó el pique hasta la meta. Lo derrotó por 176 milésimas. Dovi le copió aquella intención a Marc pero su resolución fue impecable: aprovechó el derrape final del quíntuple campeón, entró perfecto en la curva, salió firme sobre el piano enroscando el puño para ganarle a Márquez por 213 milésimas.

La celebración que desató Dovi y la explosión emocional ocurrida en el box de Ducati fueron proporcionales a la calidad de la victoria que estiró el invicto de la marca desde 2016, regreso del Mundial al ahora denominado Red Bull Ring. Dovizioso, el único que estuvo en todos los podios, aportó dos de los cuatro triunfos. Andrea Iannone había ganado en 2016 y Jorge Lorenzo, en 2018. Márquez aún no logró quitarse la espinilla clavada: nunca ha podido vencer en la pista austriaca, la única del calendario en la que no ha ganado, en la que lleva tres pole positions consecutivas -con la última marcó un nuevo récord- que terminaron en sendos segundos lugares.

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La lucha cuerpo a cuerpo entre Dovizioso y Márquez se ha vuelto un pequeño clásico en las últimas dos temporadas y media: coincide con el resurgimiento de Ducati que durante parte de ese período mostró incluso un rendimiento superior al de Honda, algo que ya no sucede. Si bien el italiano ha prevalecido en la mayoría de esos duelos, el español lo aventaja ampliamente en triunfos y campeonatos. La única definición mano a mano en la que se habían cruzado antes este año había sido en la apertura de la temporada, en Qatar, y Dovi derrotó aquella noche a Marc. Sin embargo, el doble subcampeón no había vuelto a triunfar y Márquez llevaba seis victorias en diez fechas.

Andrea Dovizioso, Ducati Team

Andrea Dovizioso, Ducati Team

Photo by: Gold and Goose / LAT Images

Hasta la memorable maniobra de Dovizioso en la última curva de Spielberg, las novedades más impactantes del fin de semana se habían deslizado en formato de rumores con un ausente como protagonista: Lorenzo. A su apoderado se lo había visto muy activo en el paddock mientras el tricampeón con Yamaha se recupera de las lesiones sufridas principalmente en su caída en los ensayos de Assen para retomar tu temporada -hasta ahora aciaga- con Honda. Al mallorquín volvió a vinculárselo con Ducati, más allá de los detalles de quién llamó al otro, en un intento por volver al manillar de una moto que supo domar. Más allá de que todo ahora parece descartado por la supuesta intención de Lorenzo de honrar su compromiso de dos años con Honda, los movimientos en las sombras salpicaban a los pilotos oficiales de Borgo Panigale, con contrato vigente hasta fines de 2020. Si la marca vuelve a reclutar a Lorenzo, aunque sea para colocarlo en una moto fuera del box del equipo de fábrica, el mensaje subyacente será que la casa italiana no confía en que Dovizioso puede darle un campeonato que sólo consiguió con Casey Stoner.

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Ducati tuvo una Desmosedici algo mejor que la RC213V de Honda durante un buen tiempo en las pasadas dos temporadas. Sin embargo, no pudo alcanzar el título. Gigi Dall'Igna, el responsable del departamento de competición, ha deslizado este pensamiento que carga la responsabilidad sobre los pilotos. Construir una máquina muy superior a la del rival no es un asunto corriente. Por eso, cuando eso ocurre, cuando es posible contar con una herramienta mejor que la del oponente, hay que extremar las capacidades para aprovecharla, principalmente si el adversario es Márquez. Ese plus a menudo intangible es el que Ducati por lo bajo le ha reclamado primordialmente a Dovi.

Márquez no brinda demasiadas oportunidades a sus rivales y su prestación en entrenamientos y clasificación en Austria lo habían ungido otra vez como favorito. Con la vuelta que le dio la pole position marcó un nuevo récord de pista. Sin embargo, la elección del neumático trasero medio combinada con una pequeña baja de temperatura a mitad de carrera puso en aprietos al campeón, cuyo ritmo en los entrenamientos había sido superior al del italiano. Ya despegados de Fabio Quartararo, quien viajó camino a su tercer podio en su temporada como novato en MotoGP, la batalla por la victoria fue encaminándose a un nuevo mano a mano entre Márquez y Dovi. Y esta vez, el subcampeón aprovechó la oportunidad que soltó el campeón. Contó incluso con algo de fortuna porque el sobrepaso fue tan ajustado que la protección del freno delantero de la Honda se enganchó momentáneamente en el carenado de la Ducati y Márquez no pudo frenar más fuerte y cortar por adentro como pensó en un intento por salvar la victoria. Dovizioso cerró la maniobra con precisión quirúrgica y alcanzó su 14ª victoria en la elite. Ahora es el segundo corredor con más victorias en la cilindrada mayor sin haber sido campeón (el récord lo mantiene el retirado Dani Pedrosa, vencedor en 30 Grandes Premios).

El triunfo maquilla apenas la situación del Mundial. El recorte de cinco puntos que consiguió el italiano dejó a Márquez con una renta de 58: aún mantiene más de dos carreras de ventaja cuando quedan ocho para el final de la temporada. El futuro asoma predecible, la coronación final del por ahora pentacampeón parece una copia mejorada de lo sucedido en 2018. La resolución del Gran Premio austríaco, en cambio, invita a imaginar más duelos entre los mismos contendientes -ojalá que se sumen otros- hasta el final de 2019. Los enfrentamientos de los últimos años se dieron en circuitos propicios para Ducati y en carreras en las que Dovi sacó a relucir su gran gestión de neumáticos. Si la estirpe de campeón que el italiano mostró en Spielberg para lanzarse al ataque furibundo fuera constante en su prestación tal vez Márquez tendría un final de año más incómodo.

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