La historia de Chevrolet: el francés temerario (II)

Con 27 años, recién casado y bien establecido, se vio inmerso en el estallido de las compañías de coches. No había mejor publicidad entonces que las carreras. Fueran subidas, pruebas en circuito o en carretera abierta. Daba igual. La expectación y la cantidad ingente de espectadores que se acercaban a disfrutar del espectáculo hizo que las marcas se volcaran en esas pruebas como un escaparate inmejorable para sus productos.

El 20 de mayo de 1905 se encontró al volante de un Fiat de 90 CV en el viejo hipódromo de Morris Park en Nueva York. Entre sus rivales estaban Barney Oldfield, una de las mayores figuras del momento, y Walter Christie, otro de los grandes. Su exhibición fue antológica. Prácticamente sin tocar el freno y marcando una media de 68 millas por hora arrasó. Algo inaudito.

Ese mismo año volvió a batir a Walter Christie, que estaba experimentando con una suspensión delantera independiente, y a Henry Ford en una carrera en Cape May también en Nueva York.
Las carreras daban mucha fama, pero poco dinero. El fundador de General Motors, William Durant, invitó a Louis y a su hermano Arthur a Flint, en Michigan, a la factoría de Buick. Quería un chófer mecánico y decidió hacerles una prueba a ambos. Preparó un circuito improvisado detrás de la factoría y enfrentó a ambos hermanos.

Arthur Chevrolet en la fábrica de Buick antes de enfrentarse a su hermano por un puesto en el equipo de la General Motors.

La carrera generó una gran expectación entre los trabajadores y responsables de la marca. Louis ganó sin problemas a su hermano. Pero fue este el que se quedó el trabajo porque era un conductor más cuidadoso.

Inmediatamente, los responsables de Buick le pidieron a Louis que se uniera a su equipo. Barney Oldfield había sido el campeón en 1905, año del primer campeonato nacional, que no volvería a organizarse hasta 1916. Aunque ganó infinidad de carreras para ellos, las únicas que perdió fueron por problemas mecánicos, no tuvo el reconocimiento de los títulos nacionales que sin duda habría conseguido.

Al mismo tiempo se involucró en un proyecto secreto basado en un concepto nuevo. La tracción delantera. Con un prototipo batió en la ‘Three Miles’ el récord existente alcanzando casi los 110 km/h. A final de ese 1907, con un prototipo completamente construido por él alcanzó más de 191 km/h.

Charles Rolls a bordo de su Rolls Royce 20 hp TT. Uno de los rivales de Louis Chevrolet en la Empire City Race de 1906.