Artículo especial

¡A Mil Por Hora!

Bastón de mando para llegar a una meta grande, así lo ve Angelo della Corsa.

Enzo Ferrari photo

Foto de: Eric Gilbert

Los hombres están detrás de los nombres y estos por encima de las grandes marcas de equipos de autos de carreras. También, ya se entenderá que sin tripulantes no habrá quién resuelva nada. Enseguida, habrá que enumerar al diseñador, al director de ingeniería, al jefe de mecánicos y a quien limpia y guarda la herramienta. El chofer que lleva a los bólidos de una pista a otra. Y por supuesto, los nombres de los trazados; que aunque sea volando se han mencionado. 

Se debe de echar en falta hablar y con todas sus letras del Capitán Nemo de cada embarcación. Porque los equipos de Fórmula 1 son grupos muy seleccionados que año con año recorren más de 20 mil leguas ¿quién es el guía? Esa especie tan especial de Sherpa, que sin máscara de oxígeno y sin piolet es capaz de ascender a cimas impresionantes y bajar a cualquier impensable sima: sin transmitir ninguna otra cosa que la necesidad del camino hacia el triunfo.

No se trata de exagerar, pero sin la existencia de Enzo Ferrari no habría los Fórmula Uno de hoy; pero también es cierto que otros hay padres fundadores, como los británicos Colin Chapman y poco más tarde Frank Williams a quienes la historia de las carreras debe gran parte de su esplendor y numerosas hazañas.

Hacer, pues, que venga a la memoria cómo ha sido que en su tiempo, Oceanía, se pintaba sola, porque generaba grandes talentos de la mecánica para la alta velocidad. Cual un inventor y desarrollador de vehículos, del enorme tamaño de Bruce McLaren y su avidez obsesiva por tener siempre un coche mejor, como la que padeció siempre Jack Brabham. Y acaso menos importante, pero también clave, Denny Hulme. En la remota época de los años de 1960 cuando fueron los grandes días de Nueva Zelanda y Australia, firmando las aportaciones a La Carpa. Y también en otras categorías: la Fórmula 2, la junior y particularmente, las barquetas para los torneos CanAm, por ejemplo.

Años gloriosos en los cuales los pilotos hacían de mecánicos, de gestores de su actividad y asimismo corrían pruebas en cuanta categoría fuera posible. Por entonces, ser estrella del deporte sólo lo era, a cambio de grandes sacrificios. Y el mundo, era del tamaño de seis u ocho países con apenas un par de decenas de miles de diletantes.

Para armar un equipo, había que emprender una proeza con habilidades singulares y de jugarse los ahorros cada fin de semana, además del pellejo. Pero lo más difícil de todo: conjuntar la tripulación para vagar circuito por circuito. Por eso, es una epopeya lo que dejó construido e instruido McLaren, aunque luego sus sucesores –indiscutiblemente– hayan puesto mucho de su parte para inscribir el nombre en la mitología del automovilismo de siempre. 

DOS ITALIANOS FULGURANTES

No se minimice en nada la importancia de Inglaterra y sus garajes, lo que no disminuye ni un ápice la importancia de los italianos para sembrar las raíces tecnológicas de la competición. Hay varios casos, pero parecen dos como los más luminosos.

Vicenzo Lancia en compañía de Claudio Fogolin que fundan en 1906 su fábrica de autos en Turín. Clave en la tradición italiana, aunque hoy resulta como una Casa recién desaparecida luego de pertenecer al grupo FIAT por años. Este equipo, debuta en 1954 y juega nada más cuatro Grandes Premios –llega hasta un año más tarde– pero se da el lujo de alinear a Alberto Ascari y a Nino Farina, entre otros, para entrar de lleno en las fábulas del aficionado italiano, el más aguerrido del mundo. Con eso tuvo para inscribirse en el anecdotario que llega hasta estos días. Lapso suficiente para encajar dos PolePositions [una de Ascari en Pedralbes en 1954 y otra de Eugenio Catellotti en Spa, en 1955] con una vuelta + rápida con el D-50 por el bicampeón italiano, en España. Y también un podio en Mónaco en 1955, de Castellotti, que quedó en segundo lugar. 

Luego, ya se puede hablar de un tridente que siempre porta emblemático Neptuno, tal como se lo ve en su estatua de la Plaza Mayor de Bolonia. El símbolo que quiso Alfieri Maserati (1914) para perpetuar su legado con extraordinario prestigio hasta el presente. Una historia más dilatada, gracias a 70 largadas entre los años de 1950 a 1960. Pero también como suministrador de motores a 10 diversos constructores, hasta 1969, en el que se retiró.

Como equipo firmó 9 triunfos; 10 Poles; 15 vueltas + rápidas en carrera; 37 podios y, un doblete. Con 826 giros liderando, en competición oficial. Siete triunfos los convirtió Juan Manuel Fangio y dos Stirling Moss. En 1957 podría haber sido monarca entre los constructores, pero ese campeonato aún no existía.

MÁS PATRONES

No habrá una lista completa de los grandes capos de escuderías que quede cabalmente acabada por que se puede olvidar en el camino a Enzo Coloni o incluso a Rebaque o a Fittipaldi. Y desde luego a los infaltables: Eddie Jordan o Ken Tyrrel.

Pero, cerrando una lista como si fuera directorio telefónico, y tomando en consideración que se han fundado más de 204 equipos desde 1950 hasta ahora. Aquí están: Raymond Mays y Peter Berton de BRM; Jackie Oliver de Arrows; Anthony Vandervell de Vanwall;Craig Pollock de BAR; Henri Julien de AGS; Marcel Chassagny de Matra; Max Mosley, Alan Rees, Graham Coaker y Robin Herd de March; Eric Broadley de Lola; Akira Agagi de Leyton House; Erich Zakowski de Zakspeed… …y claro:Charles Cooper, Gianpaolo Dallara, Walter Wolf, Gérard Larrousse, Walter Brun, Guy Ligier, Peter Monteverdi, Luciano Benetton, Ken Tyrrell y desde luego, Ross Brawn. Unos campeones del mundo y otros que pasaron como las lluvias de las cabañuelas. 

Sin olvidar a las grandes marcas de los corporativos de Ford, Renault, Aston Martin, Toyota, Honda, Jaguar, Porsche y otras más, que es hasta incansable enumerar. Pero, algún día se lo va a hacer puntualmente.

 

Amigable mente,

Ángelo della Corsa

Sergio Pininfarina con Enzo Ferrari en 1962
Enzo Ferrari y su hijo espiritual Gilles Villeneuve compartiendo una botella de Lambrusco después de una sesión de pruebas
Frank Williams y Keke Rosberg, Williams
Frank Williams y el ganador de la carrera  Keke Rosberg, Williams
Frank Williams con Alan Jones y Carlos Reutemann, Williams
Frank Williams, Dueño del equipo Williams
Romain Grosjean, de Lotus F1 Team con Frank Williams, propietario del equipo Williams y Felipe Massa, Williams
De izquierda: Bruce McLaren, Henry Ford II y Chris Amon en el podio de la victoria tras las 24 Horas de Le Mans en 1966
Emerson Fittipaldi y Colin Chapman
Mario Andretti y Colin Chapman
Jim Clark y Colin Chapman
Colin Chapman and Graham Hill
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