'Shanghai, trampolín de las próximas mil carreras', por Adrián Puente

En la China milenaria, dinástica y multicultural, no podemos no tener un circuito lleno de matices, únicos e irrepetibles en todo el calendario. La recta más larga, curvas eternas, horquillas por dos, y “eses” amenazantes. Shanghai es un compendio de desafíos.

Giros inéditos de más de 260°, como ocurre en las curvas 1 y 12. La recta “fracturada” por la curva 5. La brutal combinación 7/8, y la larguísima recta principal de 1,2 km que promueve al final una desaceleración épica de 269 km/h en 135 metros.

Y como si hubiese estado sellado en su destino, en el gigante asiático la F1 desembarcó con su carrera número mil. Ni Silverstone, ni Monza, ni Spa, ni Montecarlo. En ninguna de las catedrales fundacionales de la categoría llega la “Race 1000”.

China tiene el significativo récord de 128 sobrepasos en una sola carrera. Fue en la edición de 2016. En los tiempos que corren, una marca exótica, pero viable de repetirse si tenemos en cuenta las previsiones de la FIA, en cuanto a un aumento del 50% en adelantamientos, bajo las nuevas disposiciones aerodinámicas.

Ferrari no pudo ganar en la era híbrida, donde Hamilton también aquí es el rey. Pero el año pasado se demostró en la victoria de Ricciardo que un golpe estratégico es posible. El australiano terminó con compuestos más blandos que el resto, luego de una parada extra motivada por la salida de un safety car.

No hay predicción posible cuando Mercedes ganó las dos primeras del año, pero Ferrari equivocó la configuración de Australia, y cayó presa de la falta de fiabilidad en Bahréin. Los italianos dieron cuenta de un rendimiento superior en recta, atemorizante para cualquiera. Ese por ahora es un gran capital, en un trazado que tiene dos segmentos bien potables a su fortaleza.

China llega al calendario entre discusiones de futuro. Los cambios para 2021 promueven debates ásperos y posiciones, en algunos casos, irreconciliables. En la carrera mil, Shanghai es la plataforma para otras mil dentro de 50 años. No podía ser distinto en el imperio de las dinastías, donde sin dudas, la F1, es una de ellas.

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