Hace 12 años Sergio Pérez sorprendía en su debut en F1

El debut original de Sergio Pérez en la Fórmula 1 debía darse el 13 de marzo en el circuito de Bahréin, en la misma pista que este fin de semana acoge el inicio de la temporada 2021 de la máxima categoría; pero problemas sociales obligaron a la cancelación de esa carrera y postergar el primer encendido de los motores hasta Melbourne, una sede que no era del todo del agrado del piloto mexicano.

“Hubiera sido mucho más fácil poder debutar en Bahréin, pero bueno, hay que acostumbrarse a lo que es. En F1 te tienes que acostumbrar a las circunstancias que hay, es un debut difícil, pero hay que sacarle provecho”, dijo Pérez en el instante que llegó a Australia, una carrera que debía ser la segunda fecha del calendario.

“Es un circuito muy difícil de encontrar el límite, porque el límite está muy cerca del muro. Además, no lo conozco, lo cual es otro punto malo”.

En el momento en que Sergio Pérez cruzó la línea de meta del Gran Premio de Australia el 27 de marzo de aquel año había escrito historia en el deporte motor mexicano. Su participación en aquella carrera ponía fin a tres décadas de sequía de un competidor de ese país en la parrilla de la máxima categoría, pero, además lo hacía con puntos tras haber obtenido el séptimo lugar, un resultado que a la postre sería un mero recuerdo.

Pero la conclusión inicial le daba la razón a Peter Sauber, dueño del equipo de su mismo nombre y que siempre se caracterizó por saber reconocer talentos jóvenes, en por qué había apostado por Pérez.

“Fue muy difícil poner al equipo de vuelta después de lo vivido en los últimos años”, dijo Sauber a un grupo de cuatro representantes de medios mexicanos, entre quien esto escribe estaba, cuando Checo finalizó esa primera carrera.

La situación de la escuadra suiza había sido una montaña rusa en la última década. En 2005 recibieron una fuerte inyección de capital por parte de BMW quienes compraron el equipo para establecer su escudería de fábrica. En 2009, en pleno momento en que los resultados comenzaban a favorecerles, los bávaros terminaron con el proyecto como consecuencia de la crisis económica mundial y, ante la falta de un comprador serio, Peter recuperó su escudería.

Para Sauber la llegada de Sergio Pérez resultó un acuerdo muy competitivo. El subcampeón de la GP2 Series, ahora Fórmula 2, había demostrado sus cualidades de conducción en la antesala de la Fórmula 1, pero además era acompañado de un grupo de patrocinadores que permitirían a la escudería salir de algunas complicaciones. En resumen, era el paquete completo.

“Mi primera impresión de Sergio fue positiva, yo lo seguí el año anterior dentro de la GP2 e hizo un buen trabajo; y durante los entrenamientos de pretemporada estuvimos contentos con él”, dijo el directivo en aquel tiempo.

Los destellos del talento

Sergio Pérez, Sauber C30 Ferrari

Photo by: John Townsend / Motorsport Images

Cuando Pérez arribó por primera vez al paddock de la F1 su rostro reflejaba una emoción que solo podía compararse cuando un niño recibe su deseo más anhelado. Pero mientras él disfrutaba del momento, parte de la prensa especializada y algunos integrantes del paddock lo reconocían por ser el protegido de Carlos Slim, un multimillonario mexicano que había creído en su talento y lo cobijó desde sus primeros pasos hasta el ascenso. 

A pocos parecía importarles los triunfos obtenidos en la GP2 Series o la lucha por el campeonato de la F3 Británica en donde, por instantes, superó a los protegidos de Red Bull, un equipo que en su momento le había rechazado para ser parte de su programa de desarrollo.

Los comentarios comenzaron a cambiar cuando en la sesión de clasificación llegó hasta la posición 13, un resultado que lo ponía en la parte media de la tabla y en un lugar importante para aspirar a sus primeros puntos. El "pay driver", como algunos lo calificaban, tenía potencial. 

Del júbilo a la tristeza 

Sergio Pérez, Sauber C30 Ferrari

Photo by: Andrew Ferraro / Motorsport Images

Cuando los semáforos se apagaron en Melbourne el 27 de marzo de 2011, Pérez cumplió estadísticamente con su primer arranque en un gran premio, pero el inicio estuvo lejos de lo que él mismo esperaba.

Antes de que los primeros 10 giros se cumplieran él ya había sido degradado hasta la posición 16. Los puntos comenzaban a escaparse. La situación era contraria para su compañero Kamui Kobayashi, quien no solo se mantuvo dentro de los 10 primeros, sino que además comenzó a escalar hasta la sexta posición.

Pero fue ante esa contrariedad que Checo exhibió una cualidad que, hasta hoy lo caracteriza: un piloto con una alta capacidad de cuidar la degradación de los neumáticos.

Una estrategia arriesgada y única en todos los participantes de ese día permitió al mexicano cumplir únicamente con una detención en boxes en la vuelta 23, lo que le dejó con 35 giros por delante con un único set de llantas que estiró hasta lo máximo posible. La apuesta le premió con la séptima posición, un lugar por delante de su compañero japonés.

Pirelli, quien en ese momento ya era proveedor de neumáticos de la F1, elogió lo hecho por Pérez, quien ante esos comentarios felicitó a su escudería: “Es algo importante, pero es un mérito del equipo que ha hecho un gran trabajo”.

El júbilo por ese éxito se desvaneció horas más tarde cuando los dos coches de Sauber fueron descalificados por una minucia en el alerón trasero.

Un día después de ese momento Checo estaba molesto por la forma en que su suerte cambió. Su día transcurrió en Melbourne, descansando y aprovechando la vista que tenía del Río Yarra.

Aunque los puntos se le habían negado, los medios extranjeros comenzaban a reconocer que su llegada a la F1 no solo era por el dinero de sus patrocinadores, sino que existía un talento que podía llevarlo a una estadía prolongada en la parrilla.

Hoy, 10 años después de aquel momento, Pérez disputa su primer fin de semana como piloto de Red Bull Racing; la gran oportunidad que tanto había pedido para tener un coche competitivo que le permita exhibir todo su talento.

GALERÍA: la primera carrera de Sergio Pérez en la F1 

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