Río de Janeiro dice que la F1 quiere dejar Interlagos

Wilson Witzel, abogado y juez elegido en octubre pasado, y que asumió el cargo en enero, señaló en un tweet que la organización de la Fórmula 1 le ha escrito expresándole su apoyo para un Gran Premio en Río de Janeiro.

“Me sentí honrado de recibir la carta de Sean Bratches, director de operaciones comerciales de la F1, quien mostró interés en llevar el gran premio de Brasil a Río”, escribió en la red social. “He estado hablando durante un tiempo sobre el diseño de la pista en Deodoro. Trabajaremos duro para que la F1 regrese a nuestra ciudad”.

Un portavoz de F1 minimizó el significado del tuit de Witzel y comentó a Motorsport.com: "Es normal explorar todas las opciones. Muchas ciudades han recibido cartas".

El jefe de la F1, Chase Carey, visitó Río en noviembre pasado y se reunió con Witzel, que acababa de ser elegido, pero aún no había asumido el cargo.

La empresa promotora de MotoGP, Dorna, también ha expresado su interés en competir en ese lugar a través de una carta de intenciones. La empresa de diseño Tilke está involucrada en el proyecto, que se encuentra en las etapas de planificación.

Deodoro es una base militar que se utilizó para algunas de las modalidades deportivas de perfil más bajo en los Juegos Olímpicos de 2016, como el hockey, el rugby siete, el tiro, el BMX, el ciclismo de montaña o el pentatlón moderno.

Sin embargo, se están haciendo esfuerzos para convertir Deodoro en un área de protección ambiental, lo que detendría el desarrollo de un circuito.

Irónicamente, el principal Parque Olímpico de Barra se construyó a expensas de la antigua sede de F1 en Jacarepagua, que fue sede del GP de Brasil en 1978 y de 1981 a 1989 antes de que la carrera regresara a Interlagos, reconstruido en 1990.

Liberty tiene una relación tensa con la ciudad de Sao Paulo y los promotores de la carrera. El evento es la carrera fuera de Europa menos lucrativa en términos de canon pagado a la organización de la F1.

Anteriormente, la tarifa pagada por la ciudad estaba respaldada por un pago adicional de TV Globo, pero que terminó después de 2016, lo que llevó a un déficit que Liberty no había previsto cuando compró el negocio de F1, y que incluso se destacó en las cuentas anuales de 2017, como justificación del rendimiento financiero de la compañía.