Opinión: Hamilton no puede impedir la llegada de Verstappen a Mercedes
Existen rumores de que Lewis Hamilton pone como condición para renovar con Mercedes una cláusula que impida la llegada de Max Verstappen, una situación que luce poco real.
Foto de: Steve Etherington / Motorsport Images
He leído que entre las cláusulas para la renovación del contrato Lewis Hamilton con Mercedes, el piloto británico quiere poner una barrera a la posible llegada de Max Verstappen al equipo alemán.
Pero de hecho, el inglés no pone ningún prejuicio a su compañero de equipo, sabiendo que tendrá que enfrentarse a George Russell, su compatriota que tanto impresionó con el W11 en el GP de Sakhir, en algún momento.
La cláusula de Max Verstappen no existe. Es pura invención. Lewis Hamilton no tiene el poder sobre Mercedes para imponer un compañero de equipo "cómodo".
Por supuesto, no es ningún misterio que el inglés se ha mostrado abiertamente a favor de la renovación de Valtteri Bottas, ya que ambos siempre se han llevado muy bien, pero quien haya puesto en el mapa que el heptacampeón está preocupado por la posible llegada del holandés a la escudería de Brackley está muy equivocado.
¿La razón? Es muy sencillo: el futuro del equipo alemán ya está escrito y se llama George Russell y no Max Verstappen. El propio Hamilton es plenamente consciente de ello porque, tras el debut en el W11 en el GP de Sakhir del joven talento de 23 años sacado de Williams precisamente para sustituir a Lewis, quien padeció de coronavirus, exigió ver la telemetría de su reemplazo y lo consideró una serie amenaza para el futuro.
En su debut con Mercedes, Russell perdió la pole position por 26 milésimas de segundo, pero en el inicio de la carrera sorprendió a Bottas para liderar la carrera con maestría. Sólo el caos en los boxes en el doble cambio de neumáticos y el "misterioso" pinchazo posterior relegaron a George al noveno puesto, pero obteniendo la vuelta rápida en el momento en que logró recortar un segundo a todos sus rivales.
Hamilton sabe muy bien que si tuviera que volver a mover los hilos para renovar su contrato, Russell sería sin duda el sustituto predestinado, desde luego no Max Verstappen.
Valtteri Bottas, Mercedes F1 W11, George Russell, Mercedes F1 W11
Photo by: Charles Coates / Motorsport Images
El holandés siempre ha sido uno de los "favoritos" de Toto Wolff: el austriaco había intentado arrebatárselo a Helmut Marko. El director de Mercedes pudo arrebatarles al holandés haciéndolo debutar en la F1 antes que la casa austriaca, pero hubiera sido una apuesta muy fuerte.
A Toto le gustaría que Max fuera el sucesor de Hamilton, pero no hay duda de que el camino a la gloria para Verstappen está bloqueado por Russell. El inglés se ha convertido en el ídolo de Ola Kallenius: en una sola carrera George ha demostrado al mundo que, en una flecha de plata, varios pilotos serían capaces de luchar por el campeonato del mundo, pulverizando la imagen de Valtteri Bottas, ahora demasiado infravalorada en comparación con su valor real.
El mensaje es claro: el ganador sería Mercedes, no Lewis Hamilton. Pero yo no estoy de acuerdo con este dogma, porque hay que reconocer todo el valor del campeón del mundo (Russell ya ha "robado" algunas de las soluciones que Lewis desarrolló en el Mercedes y las ha copiado a Williams), pero su talento también ha contribuido a la racha de éxitos.
Nico Rosberg le ganó en 2016, pero entonces el alemán "tuvo" que retirarse agotado de competir con un piloto que él mismo juzgaba más fuerte.
El caso es que en los medios de comunicación se lee más el nombre de Verstappen que el de George como futuro piloto de Mercedes, y eso es realmente extraño, ya que Wolff todavía tiene la "etiqueta" de Russell y, por lo tanto, tiene otro potro en su criadero de jóvenes pilotos. Sin embargo, el británico es visto actualmente más como un... peligro capaz de socavar un sistema que gira en torno a Hamilton que como un activo.
Todo esto es anómalo y pone de manifiesto la profunda diferencia de opiniones entre el Mercedes diseñado por Wolff y el deseado por Kallenius, el gran jefe de Daimler AG.
El austriaco ya no tiene la autonomía ilimitada que le había concedido Dieter Zetsche y que hasta ahora les ha permitido ganar siete títulos mundiales de pilotos y constructores consecutivos. El sueco es una figura más activa: un decisor que quiere estar presente.
Lewis debería haberlo entendido y lo veremos a partir de la firma del contrato en la semana, pero el dualismo que destaca en el fondo ¿qué efecto podría tener en un sistema de Brackley que hasta ahora había operado diferente?
GALERÍA: la actuación de George Russell en Sakhir
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