'El niño que le robó el protagonismo a Hamilton y a Vettel', por Nira Juanco
En su columna para Motorsport.com, nuestra compañera Nira Juanco analiza la 'otra' imagen del Gran Premio: la del pequeño Thomas, el niño que lloraba desconsolado tras el abandono de Raikkonen y que finalmente conoció al piloto.
Foto de: Ferrari
Había una vez un niño que soñaba con conocer a su ídolo, Iceman. Así podría comenzar perfectamente la historia de Thomas, el niño francés de seis años que se convirtió en el espontáneo protagonista del Gran Premio de España.
Probablemente llevaba meses soñando con esta carrera, con ver a su adorado Kimi luchar por una victoria que ya rozó el año pasado. Pero casualidades de la vida, los dos pilotos que brillaron en el trazado español en 2016, Verstappen y Raikkonen, terminaron fuera de combate a las primeras de cambio. Thomas, ataviado con toda la indumentaria ferrarista, lloraba desconsolado en la grada, y gracias a la FOM (la televisión oficial de la F1), todo el mundo fue partícipe de su dolor.
A mí esta imagen me enterneció de una manera especial porque me acordé de mi sobrino Aitor. Cuando él tenía sólo dos añitos, yo comencé a viajar por el mundo cubriendo la F1. Entre los viajes, que yo vivía en Madrid y él en Las Palmas, apenas nos veíamos. En persona. Porque él me seguía cada domingo por la tele. De hecho, pensaba que yo vivía ahí dentro. El caso es que mi sobrino era (y es) un fan incondicional de Fernando Alonso y cada vez que el asturiano abandonaba, se agarraba unas lloreras tremendas pidiéndole a mi hermano (su padre) que se repitiera la carrera. Años después, Aitor tuvo la oportunidad de conocer a Alonso en persona, y a mí no se me olvidará nunca esa mirada de admiración, ilusión y felicidad por ver cumplido su sueño.
Todos estos recuerdos volvieron a mi mente al ver a Thomas llorar desconsolado en la grada porque Raikkonen había abandonado, y luego con una sonrisa de oreja a oreja dentro del hospitality de Ferrari al lado de su ídolo.
Precisamente lo que Liberty Media quiere es acercar el deporte a los aficionados.
Se demostraron al menos dos cosas el domingo: Que Iceman no es tan de hielo como parece, porque le vimos completamente entregado al jovencito francés al que le dedicó parte de su tiempo durante la carrera. Será que eso de ser padre le ha reblandecido el corazón... Y en segundo lugar, que Ferrari sigue siendo un maestro en todo esto del marketing, porque bien que se encargó de localizar al niño para protagonizar, sin duda, la imagen del Gran Premio.
Porque de esto debería ir la Fórmula 1 y es precisamente lo que quieren sus nuevos propietarios, Liberty Media. Acercar el deporte a los aficionados. Lograr que los pilotos sean de carne y hueso. Que se les pueda ver, tocar, escuchar y hablar. Intentar cumplir los sueños de unos pocos. Porque es tan fácil a veces hacer feliz a alguien con un pequeño gesto... Que se lo digan a Felipe Massa por todo lo contrario. Él era un crío cuando su gran ídolo Ayrton Senna le negó un autógrafo. Siempre cuenta que eso le traumatizó y que, desde entonces, él es incapaz de no detenerse frente a un niño.
Afortunadamente, el cuento de Thomas tuvo final feliz, con perdiz o sin ella, y nunca podrá olvidar el día que conoció a su ídolo, Iceman.
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