Mad Max: Furia en Interlagos

Vuelta 41 del Gran Premio de Brasil. Estaban Ocon sale de boxes con neumáticos súper blandos nuevos, rueda en decimocuarta posición, está fuera de los puntos y sus opciones de entrar en el grupo de los diez mejores no parecen nada claras, aunque cuenta con mejores neumáticos para rematar la carrera que varios de sus posibles rivales.

Ocon ve los paneles luminosos en azul a la salida del carril de incorporación de boxes, porque a su derecha se aproxima sobre la recta opuesta, a mayor velocidad, el líder de carrera Max Verstappen, protagonista hasta entonces de una impresionante carrera. El francés de Racing Point Force India reduce la velocidad y cede el paso, obedeciendo la instrucción de los comisarios.

En el resto de la vuelta, es evidente que tiene mejor velocidad que Verstappen y en el primer paso por la recta de meta se acerca bastante al Red Bull. Lo mismo ocurre luego en la frenada al final de la recta opuesta donde parece casi intentaba lanzarse y le muestra el auto por el interior a su antiguo rival de otras épocas, a quien le ganó en 2014 el título de la Fórmula 3 FIA Europea.

“¡Hay un Force India detrás de mi presionando!”, alerta Verstappen a su ingeniero Gianpiero Lambiase vía radio. “Entendido, si. Salió con 'supers' frescos”, le respondió, dándole a conocer la situación pero sin suministrarle mucha mas información, esto cuando apenas empezaba el segundo sector de la vuelta.

En el siguiente paso por meta, es evidente que Ocon va a intentar adelantarle, Verstappen protege la línea interna, el francés estira mas la frenada por la línea usual de carrera, pero luego Max no le permite el paso, entran casi lado a lado a la curva 2 de la “S” de Senna, pero Verstappen gira como si el auto rosa no estuviese allí.

Se produce el contacto que prácticamente salda la carrera a favor de Hamilton, aunque el británico tenía sus propios líos por gestionar, con potencia reducida y un neumático ampollado. Verstappen estaba furioso, maldecía a Ocon repetidamente en la radio. Aunque su ingeniero le decía “aún podemos hacerlo”, con un auto herido por el golpe, el holandés veía escaparse una victoria que 24 horas antes parecía improbable.

Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 W09, pasas a Max Verstappen, Red Bull Racing RB14 Tag Heuer, después de chocar con Esteban Ocon, Force India VJM11 Mercedes.

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Al final de la carrera Verstappen busca a Ocon para confrontarlo. Lo encuentra en la zona de pesaje de los pilotos. Vocifera y le da tres empujones. Luego se va, iracundo.

¿Tiene Verstappen razón de estar tan enojado? Si. ¿Pudo haber evitado el contacto? Seguramente, pero él en su cabeza no tenía la carrera resuelta aun, a Hamilton lo veía en los retrovisores.

La maniobra del francés, descontextualizada de lo que ocurría en la carrera, daría para repartir culpas mas equitativamente. Sin embargo, cuando se trata del líder de carrera intentando ser superado por un colero, pienso que la etiqueta del piloto es otra. No que no pueda intentar adelantarle, pero si que debe juzgar muy bien como hacerlo y no poner en peligro al líder.

Ocon tenía mas velocidad en ese momento, pero no la tendría por el resto de la carrera respecto a Verstappen. Fue una decisión, aunque consultada con su equipo, optimista. “Él no debería estar peleando para adelantarle,” dijo el director de carrera Charlie Whiting. La sanción al francés fue correcta, apenas justa, pero no le devuelve nada a su rival.

Max Verstappen, Red Bull Racing y Esteban Ocon, Racing Point Force India se reclaman después de la carrera tras su accidente en pista

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Su reacción posterior. ¿Fue desmedida? No lo creo. Las ha habido mucho peores, como lo repasamos en esta galería. Como Nelson Piquet cuando se fue con puños y patadas sobre el chileno Eliseo Salazar en Hockenheim en 1982. Ó como Ayrton Senna cuando le lanzó un golpe a Eddie Irvine en Suzuka en 1993, por adelantarle en dos ocasiones cuando era el líder. Ó como Michael Schumacher cuando fue a confrontar a David Coulthard tras chocar con él en Spa en 1998, cuando intentaba doblarlo en la lluvia.

Es normal ver a ese Mad Max, aunque no sea de aplaudir su comportamiento, en especial cuando él es para la generación posterior a la suya, un ídolo, un modelo a seguir.

Lewis Hamilton ofreció antes del podio un comentario del estilo que le hace un padre a un hijo al verlo equivocarse. “(Ocon) no tenía nada para perder, tú tenías todo para perder”, le dijo el cinco veces campeón. Max se quedó en silencio.

Es fácil hablar con los resultados en mano, y para Hamilton hacerlo como ganador. Pero tiene razón. ¿Habría perdido la carrera si dejaba pasar a Ocon? Probablemente no, pero para él era ganar ó ganar y eso significaba evitar cualquier situación que le pusiera a merced de Hamilton.

Verstappen tuvo un ritmo frenético en Interlagos el domingo, protagonizó grandes adelantamientos y se puso primero a pulso. Pero el joven Max aun no ha pulido todas las aristas, aunque en algún momento lo hará. Así como fue errático desde Australia hasta Mónaco, y pareció de nuevo el piloto que cerró sólido el 2017, a partir de Canadá.

En México tras su victoria admitió que hizo ajustes, y los seguirá haciendo. Verstappen está cerrando su cuarta temporada en la Fórmula 1, pero tiene apenas 21 años. Es un "work in progress". No todo se da por naturaleza.

Ustedes, ¿qué opinan?