Los originales fanáticos japoneses

Creativos, locos, apasionados, fieles, atrevidos, originales … Estos son algunos de los adjetivos con los que los pilotos describen a los aficionados japoneses. Y es que no hay fanaticada en el mundo que se le parezca.

El nipón espera desde el miércoles en la entrada del hotel a sus ídolos, el jueves se adueña del pitlane, abarrota las tribunas el resto del fin de semana y los espera a la salida del circuito hasta muy altas horas de la noche. Además muy educadamente saludan a todos los que pasan por ahí, sea gente de prensa, staff, o invitados VIP. Son pocos, muy pocos los que no llegan disfrazados o por lo menos con algún atuendo o camiseta de su piloto o equipo favorito, desde los niños hasta los más grandes.

Los japos hacen especial cada visita al circuito de Suzuka, durante el fin de semana vemos los garajes decorados con dibujos y mensajes de animo que han dado a los equipos y que estos cuelgan en agradecimiento. Incluso después de cada firma de autógrafos, los pilotos regresan al hospitality con bolsas llenas de regalos. Felipe Massa recibió un gorro con un ala trasera que tiene DRS incluido, solo se necesita tirar de un hilo para ver el alerón moverse. A Nico Rosberg le obsequiaron una bandera con la firma original de Ayrton Senna. Fernando Alonso es de los favoritos, estos días ha recibido samuráis en miniatura, cometas y cuadros. La mayoría recibe galletas en forma de neumáticos, volantes o cualquier pieza relacionada al auto, así como también les dan chocolates que simulan ser trozos del asfalto de la pista.

Ya les decía de lo disfraces y es que aquí se vienen con el ajuar completo, puedes encontrar al doble de Senna, Vettel, Schumacher… Desde los botines, el mono, hasta el casco, se fijan en todos los detalles. Hay una señora que año con año viene vestida con un kimono que lleva los colores de la bandera mexicana y que en la cintura lleva bordado el nombre de Checo Pérez. Y así como hay mujeres que se ponen faldas con los colores de banderas, hay otras que se pintan en el cuerpo monoplazas de F1 y hombres que se tatúan el nombre o la cara de su volante favorito.

Gorros de todas las figuras que se puedan imaginar, en forma de los míticos McLaren de los años 90, con formas de motor o con las Ferrari campeonas del mundo, también juegan con los tradicionales sombreros japoneses de la época de los samuráis, los kasa, que los decoran o forran de latas de Red Bull. Para el calor, ventilan sus rostros con abanicos que tienen pintadas las caras de los 22 integrantes de la parrilla, algunos incluso juegan con ellos como máscaras.

Muchas escuelas traen a los niños el jueves a conocer el pit lane y estos hacen bailes con coreografías previamente ensayadas ¡para animar a los mecánicos en los boxes! Quienes además no se salvan y también son protagonistas, ya que más de un ingeniero o mecánico es solicitado para dar su autógrafo y tomarse una foto.

Las tribunas están plagadas de banderas, pero además de las típicas que vemos en cada Gran Premio, aquí las decoran, están pintadas a mano, muchas con mensajes especiales y las instalan desde días antes del evento.

Algo de lo más impactante que se ha visto en Japón han sido autos de calle decorados como si fueran coches de carrera. Es increíble el ingenio que tienen para todo…

Por supuesto la venta de productos oficiales aquí genera altísimos ingresos. La zona comercial tiene stands de todas las marcas y no bastante también contribuye a la creatividad de los japonés con la cantidad de objetos que se encuentran a la venta, ya que además de las típicas gorras, camisas, banderas y llaveros, en Japón se venden almohadas en forma de volantes y autos, toallas con leyendas del circuito, tazas, ropa para recién nacidos, porta pañuelos, dulces empacados en botes que simulan ser latas de aceite, estampas con los records de las leyendas y un sin fin de objetos con los cuales podrías hacer de tu casa un museo.

Japón es una experiencia completa, el trazado es espectacular, divertido para manejar pero de la misma forma genera un reto y es exigente. Un circuito favorito de muchos, una afición que apasiona solo de verlos y una cultura que enamora a través de todos los sentidos.