'Ganó Hamilton, pero Verstappen puede soñar', por Adrián Puente
Nuestro colaborador analiza el panorama del campeonato llegada la pausa veraniega de la Fórmula 1.
Foto de: Steven Tee / Motorsport Images
Ningún ejemplo es mejor de la transición generacional, que lo ocurrido en Budapest este fin de semana. Nada sintetiza más claramente que el futuro llegó con ánimo incluso, de golpear la mesa en un año donde todo parecía reducido a los altos y bajos de Mercedes. Verstappen y Red Bull, obligan a no cerrar el grifo a los cálculos y soñar porque no, con arrebatar el título al candidato natural.
Llegan al descanso con 69 puntos de diferencia. Faltan nueve carreras. Unos 225 puntos en juego. Las últimas nueve del año pasado, fueron 6 para Mercedes, 2 para Ferrari y una para Red Bull. Pero en un contexto muy distinto. En principio, los austriacos estaban motorizados por Renault, Ferrari entraba en un declive inexplicable, y Mercedes alcanzaba su máximo nivel. Para soñar, el team de Horner tiene que analizar los pro y los contra, de aquí hasta noviembre.
Entre los pro, este año hay un “pleno” de Red Bull. Es Verstappen ó nada. No carga siquiera con el desprolijo disimulo de intentar contener a un piloto con las aspiraciones de Daniel Ricciardo. Ahora Gasly sabe perfectamente cuál es su rol. El equipo va por el holandés. Y este nuevo “Rey” de los Países Bajos, amplió su techo en la confianza, fortaleció todas sus virtudes y logró encapsular sus peores fantasmas que más de una vez lo llevaron al infierno.
La principal contra, es la administración de los motores. Es un área donde Red Bull está más cerca de las penalidades que Mercedes. Cualquier suplemento de la planta impulsora que entre en crisis, será motivo de penalidad. Verstappen no tiene margen de negociación y Hamilton si. El británico sólo tiene que velar por el MGU-K, ya que después de la segunda unidad llegan las sanciones, y el Mercedes del campeón arrastra el uso de dos versiones.
Existe una región que parece igualada para el tramo final del campeonato, los compañeros de equipo. Tanto Bottas como Gasly, cada uno en su contexto, son dos pilotos que están lejos de ser ratificados. Es más, se agitaron a su alrededor la mayor cantidad de rumores de cambio para el año 2020. En busca de méritos ambos pueden ser muy útiles, ó todo lo contrario. A veces las presiones son las peores consejeras, y Budapest se encargó de demostrarlo. Los dos empiezan a padecer de crisis psicológica, una tenaza que resta más de lo que suma.
Llega el descanso estival. Acampan con las armas y velan por su integridad. Faltan poco más de veinte días para Bélgica, donde en 2018 ganó Vettel su último gran premio. Un recuerdo que nos deja con una última pregunta. ¿Podrá Ferrari sumarse al vals de la definición?. Y aunque el baile siempre sea de a dos, Maranello siempre demanda un lugar en la pista… de las mejores coreografías.
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