F1 prefiere una parrilla competitiva a nuevos equipos

Este invierno, Michael Andretti, propietario de la legendaria escudería estadounidense del mismo nombre e hijo del Campeón del Mundo de 1978, Mario, reveló su deseo de crear su propio equipo de Fórmula 1 para 2024. El proyecto puede parecer ambicioso, pero es el más serio de los últimos años, y Andretti ya ha encontrado un posible fabricante de motores y patrocinadores, aunque en el interior del paddock su posible llegada ha generado opiniones divididas.

Los más optimistas creen que la llegada de un nombre así a la F1 aumentaría el valor del deporte, y que todos los equipos se beneficiarían de ello. Por otro lado, los escépticos saben que la llegada de un nuevo equipo supondría compartir los derechos comerciales con un competidor más, y por tanto una cuota menor para todos.

¿Qué piensa el presidente de la F1, Stefano Domenicali? Según él, un nuevo equipo no es algo malo, pero tampoco es una prioridad. "Hemos recibido muchas peticiones", explica el italiano. "¿Cuántos? Más de una... Y menos de ocho!", dijo el CEO de la categoría a Martin Brundle de la cadena Sky Sports F1.

"Hay quienes no han ocultado sus intenciones, incluso a la opinión pública, y hay quienes están llevando a cabo negociaciones muy confidenciales. Personalmente, no creo que el número de equipos presentes hoy sea un freno desde el punto de vista del espectáculo".

"Estoy convencido de que la prioridad es trabajar para mejorar la competitividad de algunos equipos que ya están ahí. No creo que aumentar el número de equipos añada valor, a menos que sean los de mayor calidad".

Según el ejecutivo, la inflación y el aumento de los costes son retos que pueden llegar a amenazar la viabilidad de algunas estructuras. Por ello, el límite presupuestario debe seguir siendo coherente, sin favorecer a unos equipos más que a otros con las medidas adoptadas por la F1.

"Hay dos grandes problemas en este asunto", dijo Domenicali cuando se le preguntó por las finanzas de la F1 y el límite presupuestario. "El primero es el control, porque en el caso de que a los encargados de analizar los gastos se les escape algo, entonces todo el sistema se derrumba”.

“Hoy en día no basta con fijarse sólo en el aspecto técnico, es necesario un control estricto de las finanzas, y por eso la FIA se está equipando para ser lo más sólida posible como controlador".

"El segundo problema está relacionado con variables que eran difíciles de predecir cuando se lanzó la normativa financiera", continuó Domenicali.

"La inflación es imprevisible, y los costes del transporte también han subido en las últimas semanas de forma difícil de prever. Habrá debates para encontrar las soluciones adecuadas, pero siempre con el mismo objetivo: garantizar las mismas oportunidades para todos".