La FIA dará menos uso a la bandera negra y naranja en la F1

En su lugar, los equipos serán los encargados de asegurarse de que sus coches están en condiciones de seguir en pista incluso después de sufrir daños a raíz de un accidente y tendrán que demostrarlo ante las preguntas del mismo organismo rector.

La bandera negra y naranja se utiliza actualmente como un mensaje para los competidores a los que se les ordena entrar en boxes para reparar su monoplaza y así poder continuar en pista de forma segura, y los pilotos están obligados a obedecer al final de la misma vuelta en la que ven esa bandera de advertencia.

Su uso, durante la temporada 2022, ha creado varias polémicas, sobre todo en el pasado Gran Premio de EE.UU., después de que el equipo Haas protestara contra los coches de Sergio Pérez, de Red Bull, y de Fernando Alonso, de Alpine, por considerar que cada uno de ellos había terminado la carrera con daños que hacían que fuesen inseguros para el resto de pilotos.

El piloto de Haas, Kevin Magnussen, vio la bandera negra y naranja en tres carreras a principios de curso después de que sufriera daños en su alerón delantero. Eso fue considerado inseguro por los comisarios de la FIA, y el danés se vio obligado a entrar a boxes para reparar los daños.

Pero Haas se indignó al sentir que se le está tratando de forma diferente a otros equipos, cuando eso mismo no le ocurrió a Pérez en la carrera de Austin (su endplate dañado se desprendió cinco vueltas después de su accidente en la primera vuelta con Valtteri Bottas) y tampoco a Alonso, que terminó la carrera a pesar de correr durante varios giros con su espejo rebotando, y luego sin él una vez que se desprendió justo en el momento en el que adelantaba al propio Magnussen.

La protesta de Haas contra Pérez fue desestimada porque Red Bull había enviado fotos a la FIA para demostrar que el daño del endplate no era inseguro, lo que las comisarios de la FIA aceptaron.

Sin embargo, la protesta contra Alonso se consideró y posteriormente se le impuso una sanción de tiempo de 30 segundos al asturiano que le costó el séptimo puesto, aunque de vuelta en el GP de México, la FIA dio un paso atrás y le devolvió su merecida séptima plaza al español de Alpine.

Fernando Alonso, Alpine A522

Photo by: Andy Hone / Motorsport Images

En el anuncio en el que confirmaban que la penalización de Alonso en Austin había sido anulada, se reveló que el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, había iniciado una revisión de la utilización de la bandera negra y naranja.

Motorsport.com entiende que eso ha llegado tras un acuerdo unánime con los equipos de Fórmula 1 y va en concordancia con las declaraciones de los comisarios de Austin en las que se mostraban "preocupados" por el hecho de que a Alonso se le permitiera seguir corriendo con el espejo retrovisor colgando.

Parece un paso lógico tras las polémicas relacionadas con el uso de la bandera negra y naranja en 2022, ya que los incidentes en los que se vio involucrado Magnussen siguen la redacción de las reglas sobre su uso, pero la confusión y el enfado después de que no se le mostrara a Fernando Alonso en el Circuito de las Américas ha cambiado la perspectiva.

El Código Deportivo Internacional de la FIA sobre el uso de la bandera dice: "Esta bandera debe utilizarse para informar al piloto en cuestión de que su coche tiene problemas mecánicos que pueden poner en peligro su vida o la de los demás y significa que debe parar en boxes en la siguiente vuelta".

"Cuando los problemas mecánicos hayan sido resueltos y reciben el 'ok' del inspector jefe, el coche podrá reincorporarse a la carrera de nuevo", explica.

El uso de la bandera negra y naranja ya se discutió en una reunión entre los jefes de equipo de F1 en el Autódromo Hermanos Rodríguez antes del inicio del GP de México de 2022.

En estas discusiones, los equipos han llegado a la conclusión de que los comisarios ahora pueden estar menos pendientes, ya que ellos mismos tienen datos suficientes para demostrar que una de sus piezas, incluso si está dañada, no va a convertirse de repente en un problema de seguridad.

Eso deja a la F1 en una situación diferente a la de otras categorías cubiertas por el ISC, donde la correspondiente falta de datos significa que los pilotos pueden correr sin ser conscientes de que tienen dañados y, por lo tanto, la responsabilidad recae en los comisarios de carrera para que se detengan a reparar esos daños y así garantizar la seguridad de todos.

Se entiende que no harán falta cambios en las reglas de la F1 como resultado de la revisión de la FIA, y que el organismo rector dejará en manos de los equipos la responsabilidad de asegurarse de que sus coches corren de forma segura en todo momento, aunque seguirán interviniendo y realizando investigaciones inmediatas en los casos en que los daños sean claramente visibles.

Uno de los problemas que podrían surgir ahora, con esta visión, son los posibles desacuerdos en cuanto a lo que cada uno considera seguro o no, ya que los equipos normalmente intentan llevar hasta el límite las reglas.

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