Artículo especial

¿El mejor duelo en pista en la historia de la F1?

Este fin de semana Renault conmemorará en su Gran Premio de casa su primera victoria como constructor en la F1. Sin embargo, la carrera en la que lo consiguieron es más recordada por lo que ocurrió detrás del RE10 del ganador.

En un deporte donde los números lo son casi todo como lo es la Fórmula 1, el nombre de Gilles Villeneuve resalta sin haber logrado un solo título de la máxima categoría, incluso por el de algunos hombres que sí lograron la hazaña de convertirse en el mejor de una temporada.

Pero, ¿por qué el nombre del canadiense prevalece hoy en día sobre el de otros campeones? La respuesta es sencilla: su valor, sus maniobras y su arrojo ganaron la admiración de los fanáticos de aquel tiempo, y eso se ha transmitido de generación en generación.

Sin embargo, un capítulo que destaca en toda su historia es la famosa pelea ante el francés René Arnoux acontecida en el Gran Premio de Francia de 1979.

Por Diego Mejía:

Villeneuve inició la carrera detrás de los dos Renault manejados por Arnoux y por el poleman Jean-Pierre Jabouille. Para el canadiense no hubo problemas y tomó pronto el liderato de la competencia, dejando atrás a Jabouille, mientras que Arnoux cayó en el clasificador hasta el noveno sitio, pero 20 vueltas después regresó a los tres primeros iniciando una persecución sobre su compatriota y co-equipero francés así como sobre el canadiense.

La competencia comenzó a cambiar de dirección a mitad de la distancia pactada. Villeneuve ejecutó incorrectamente un rebase sobre De Angelis, a quien le estaba quitando una vuelta. Ese movimiento le hizo perder ritmo y abrió la ventana para Jabouille, quien apretó el acelerador a fondo para en la vuelta 47 tomar la primera posición ante las ovaciones de los 100 mil fanáticos franceses que veían como un motor galo con un piloto de la misma nacionalidad y llantas Michelin apuntaba a la victoria en casa.

Gilles Villeneuve, Ferrari 312T4, René Arnoux, Renault RS10

Gilles Villeneuve, Ferrari 312T4, René Arnoux, Renault RS10

Los esfuerzos de Villeneuve por alejarse del Renault en las primeras vueltas dañaron sus neumáticos y frenos, por lo que ingresó a pits para colocar un nuevo juego de neumáticos.

Arnoux cerró la brecha contra el canadiense para dar inicio a uno de los más míticos duelos de toda la historia.

Con diez vueltas para el final comenzó una memorable batalla por el segundo lugar, tan feroz y competitiva que el líder de la carrera fue totalmente pasado por alto. En la vuelta 71, Arnoux estaba justo detrás de Villeneuve, y dos vueltas más tarde ambos tuvieron que superar a varios rezagados, con el Ferrari tomando una ligera ventaja al sortearlos.

En las vueltas 75 y 76 volvieron a estar juntos pero Villeneuve no cedió y mantuvo a raya al francés. 

En el inicio del giro 78 el Renault logró igualar al Ferrari y tomó la delantera, pero el duelo no terminó ahí, porque Villeneuve no era alguien que gustara de rendirse y un giro después recuperó la segunda posición por dentro en la curva uno con una gran bloqueada de sus neumáticos.

Para el comienzo de la 80° y última vuelta de la carrera Arnoux le devolvió la gentileza a Villeneuve lanzándose por dentro en la primera curva y ambos transitaron lado a lado toda esa primera variante llamada "Droite de Villeroy", golpeando sus neumáticos y siguiendo así hasta las "S des Sabeilers" sin ceder nada a pesar de los problemas de frenos en la Ferrari y de presión de combustible en el Renault.

Al momento de alcanzar a la curva 4 Arnoux quedaba delante de Villeneuve pero pasaba por la tierra con sus cuatro neumáticos, por lo que el canadiense lograba ponerse nuevamente a la par para la frenada de "Gauche de la Bretelle", donde se vuelven a tocar y el Renault queda adelante pero su motor parece sufrir un traspié en la subida de la colina que permite la recuperación de la Ferrari en la llegada a la horquilla de la curva "Parabolique". Allí Villeneuve va por dentro y ejecuta la maniobra final para tomar el segundo puesto de forma definitiva con un Arnoux que lo siguió pegado a su caja de cambios hasta cruzar la meta separados por 24 centésimas, llevándose los dos la ovación no solo del público en el circuito, sino también de los espectadores alrededor del mundo, quienes por la radio o por la televisión, no perdieron ni un instante del duelo. 

El ganador olvidado

El ganador Jean-Pierre Jabouille con René Arnoux y Gilles Villeneuve

El ganador Jean-Pierre Jabouille con René Arnoux y Gilles Villeneuve

Fuera de los focos del duelo entre Villeneuve y Arnoux, Jabouille se encaminó a una victoria que lejos estuvo de ser tranquila para el francés, ya que sus frenos sufrieron un gran desgaste y debió comenzar a aplicar cada vez más presión sobre el pedal.

La pierna derecha de Jabouille acusó recibo del esfuerzo y, si bien cruzó la meta con más de 14 segundos sobre Villeneuve y Arnoux, el piloto parisino terminó exhausto y necesitó ayuda para poder salir de su monoplaza.

Pero nada de eso le quitó la alegría de alcanzar su primera victoria en Fórmula 1 en su 30° participación en la máxima categoría y, por supuesto, la primera para Renault en un Gran Premio y nada menos que ante 100.000 fervorosos franceses que colmaron las tribunas del circuito de Dijon-Prenois.

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Luego de aquel triunfo en Francia, Jabouille volvería a saborear la victoria al año siguiente en el GP de Austria, en Spielberg, también con Renault y con la curiosidad de que ese día lideró 34 vueltas, las mismas de aquel 1° de julio de 1979.

Sin embargo, en la penúltima ronda de 1980, en Canadá, un accidente producto de una falla en la suspensión le ocasionó la fractura de una de sus piernas y la carrera de Jabouille en Fórmula 1 ya no sería la misma.

Habiendo firmado con Ligier para 1981 antes de su accidente, Jabouille regresó para la tercera ronda de ese año, en Argentina, pero no se pudo clasificar en dos de sus cinco intentos, poniéndole punto final a su trayectoria en la F1 tras el GP de España. Más tarde Jabouille regresó a la actividad en el campeonato francés de turismo y en las 24 Horas de Le Mans, cosechando un par de podios con el equipo oficial Peugeot.

Por el lado de Renault, ese primer triunfo que logró con Jabouille en Francia 1979 fue el comienzo de una historia que llevó al fabricante francés a sumar un total de 35 éxitos como equipo integral en F1, el más reciente en 2008 en el Gran Premio de Japón con Fernando Alonso.

El pasado fin de semana, en la visita de la Fórmula 1 a Francia en el circuito de Paul Ricard, Renault celebró los 40 años de su bautismo triunfal en la máxima categoría y Jabouille se reencontró con su RS10. Una buena manera de recordar a aquel ganador que Villeneuve y Arnoux hicieron olvidar.

El reencuentro de Jean-Pierre Jabouille y su Renault RS10 ganador del GP de Francia de 1979
El reencuentro de Jean-Pierre Jabouille y su Renault RS10 ganador del GP de Francia de 1979
El reencuentro de Jean-Pierre Jabouille y su Renault RS10 ganador del GP de Francia de 1979
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