El abandono de Vettel fue la tormenta perfecta

El alemán no pudo ni siquiera comenzar la carrera en Sakhir después de que su motor explotara de manera espectacular en la vuelta de formación, con una cortina de humo blanco apareciendo desde la parte posterior de su coche.

Aunque la sospecha inicial había girado en torno a la rotura de los inyectores de combustible, un análisis detallado en Maranello esta semana ha confirmado que fue algo totalmente diferente.

La parte que falló fue una válvula de escape, pero, curiosamente, los técnicos de Ferrari creen que este fue el resultado final del problema en lugar de la causa.

Piensan que mientras pilotaba a baja velocidad, un problema con los parámetros del motor, vinculados a la gestión electrónica, desencadenaron en un conjunto de circunstancias que empujaron a la válvula más allá de sus parámetros normales de funcionamiento, y provocó el error.

La creencia de Ferrari de que un problema de la electrónica fuera el culpable podría explicar por qué los técnicos no habían descubierto ninguna anomalía en la unidad de potencia antes de la carrera.

Si hubiera habido algún indicio de preocupación, Ferrari no habría dudado en cambiar el motor antes del arranque.

Nuevo motor en China

Mientras que el abandono en Bahrein fue un golpe para Vettel, y significa que tendrá que estrenar un segundo motor para China, el hecho de que la cuestión se haya remontado a la electrónica significa que no debe haber ninguna preocupación por la existencia de un problema de diseño fundamental con la unidad de potencia.

Se tomarán medidas para la carrera de Shanghai, para asegurar que no hay repetición del drama vivido en Sakhir cuando el Ferrari esté operando a bajas velocidades.

El análisis del motor de Vettel también confirmó que no había similitudes entre su abandono y el fallo del turbo que puso a Kimi Raikkonen fuera del Gran Premio de Australia antes de tiempo.