Cuando Ricciardo estuvo a punto de no ser piloto

Daniel Ricciardo es uno de los grandes pilotos de la era moderna, aunque su cambio a Renault le impide, de momento, aumentar unas estadísticas que se resumen en 3 poles, 7 victorias y 29 podios.

Sin embargo, el australiano no habría alcanzado ninguna de esas cifras si, cuando era niño, se hubieran confirmado sus peores temores. Y es que Ricciardo pudo dejar de competir prácticamente antes de empezar, como explicó en una entrevista con The Guardian.

"Después de una de mis primeras carreras en karting, mi padre metió el kart en el remolque y pensé que ya se había acabado porque no me lo estaba tomando en serio", se sinceró. “Me llevó de vuelta casa haciendo todo el camino en silencio, y llamé a un amigo para decirle: 'No creo que vuelva a correr".

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Pero su padre le dio una segunda oportunidad que aprovechó y una lección: el trabajo lleva lejos.

"No era un padre agresivo, pero cuando trataba de hacer o lograr algo fuera del trabajo se lo tomaba muy en serio y, si las otras personas no se lo tomaban en serio, se preguntaba si merecía la pena", recuerda Daniel. "No creí que fuera a llevarme de nuevo a un circuito. Ahí, sabiendo que podía perderlo todo, me di cuenta. En ese momento supe que quería ser piloto".

Después del karting y tras pocas carreras, Ricciardo, con 17 años, voló a Europa, lo que define como el movimiento clave para pasar de niño a hombre: "Cambié instantáneamente, crecí, aprendí a valerme por mí mismo, esa fue la experiencia que más me cambió la vida. Estás en el equipo con gente mayor y ya no puedes ser un idiota todo el tiempo porque efectivamente parecerás un idiota".

Otro de los momentos que le marcaron llegó en su segundo año en Fórmula 1. Ya con Toro Rosso, se clasificó sexto en el GP de Bahrein, pero después de la primera vuelta había perdido tantas posiciones que cayó al 14º lugar.

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"Todos pensaron: 'Es un tipo rápido, pero blando. Nunca logrará sobrevivir aquí. No lo parecía, pero en realidad esas críticas fueron una bendición, aprendí una gran lección. Odiaba ese sentimiento, me sentía humillado, sabía que era mejor de lo que parecía".

Tras brillar en Toro Rosso y Red Bull, se vio afectado por una increíble racha de mala suerte y la sombre cada vez más grande de Max Verstappen. A finales de 2018 tomó rumbo a Renault, un proyecto por completar donde todavía no puede aspirara grandes cotas.

"Fue un cambio más grande que cuando era joven y me mudé a Europa", admite. Pero, recuerda, sin riesgo difícilmente se alcanza la gloria.

¿Hasta dónde llegará? El tiempo dirá.