Cuando las reglas no son amigas de la libertad

Mercedes habla de libertad para sus dos pilotos. Un principio restringido en las dos últimas temporadas. Un valor nunca aplicado en pos del cuidado de la integridad de los autos, y a partir de un reglamento que lo sanciona todo, incluso, correr demasiado.

Los superautos son así… Poco más de 300 kms. por carrera, ritmo sostenido, fiabilidad y algunas estadísticas para el asombro de la telemetría, sólo eso… apenas eso.

El consumo de combustible, la temperatura del motor, la degradación de la goma, la performance de los frenos… un combo repetido hasta la saturación, pero parte de la realidad de los fines de semana de carrera. El objetivo es elaborar la estrategia para que nada de eso se ponga en juego, y si tiene que ocurrir, minimizar los costos. Una persecución demasiado prolongada, carga una violenta demanda para los autos, por ello, los ingenieros nunca la recomiendan. Apuestan a la temerosa, pero regularmente efectiva, detención en boxes. Confían que una parada rápida, permitirá un sorpaso virtual. Una acción de quirófano, con guantes de látex, sin sangre, sin riesgos…

Las comunicaciones por radio se limitarán, pero los "ajustes" a distancia seguirán incluso más allá del gusto del usuario. El llamado al pit stop no podrá vulnerarse, y los pilotos deberán ofrecer la reverencia al programador de la carrera, aún desconociendo los motivos de la solicitud del box. El mapa motor será consensuado con la computadora, capaz de leer las vicisitudes de turno en el circuito que corresponda. En suma, cualquier desobediencia se pagará caro, incluso con el abandono…

La F1 ha llegado al extremo, donde correr se ha transformado en ir contra la corriente de los principios de cuidado integral del auto. Todos los desarrollos han evolucionado hasta limites de performance asombrosos. Más rápidos que nunca, más reactivos que nunca… más eficientes, pero son egoístas. No pueden dar un milímetro más de lo necesario, de lo justo, lo configurado. Una maniobra de más se paga al punto de no terminar… En definitiva, el jefe de Mercedes, Toto Wolf nos habla de pilotos liberados para la batalla, pero en realidad, ¿de que nos habla, cuando nos habla de libertad?