Artículo especial

'Con niebla se ve mejor', por Albert Fábrega

Nuestro colaborador Albert Fábrega aboga por eliminar los entrenamientos libres de los viernes y que los pilotos tengan una hora para probar antes de la carrera después de lo vivido en el GP de China.

Parrilla de salida

Parrilla de salida

LAT Images

Felipe Massa, Williams FW40
Valtteri Bottas, Mercedes AMG F1 W08
Marcus Ericsson, Sauber, en la parrilla
Kimi Raikkonen, Ferrari SF70H
Nico Hulkenberg, Renault Sport F1 Team RS17
Romain Grosjean, Haas F1 Team VF-17 y Esteban Ocon, Force India VJM10
Fernando Alonso, McLaren MCL32
Fans de Sebastian Vettel, Ferrari
Kimi Raikkonen, Ferrari SF70H
Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 W08 y Sebastian Vettel, Ferrari SF70H
Los pilotos alinean para el arranque y esperan a que las luces se apagan
Max Verstappen, Red Bull Racing RB13 y Sebastian Vettel, Ferrari SF70H

La Fórmula 1 se mueve y se transforma constantemente. A veces obligada por las difusas líneas que marcan los poderes fácticos, otras por el desarrollo y presión ejercida por marcas y constructores en su intento de cambiar (o mantener) los roles existentes en la parrilla. Sea como fuera, la F1 es mutante. Incluso algunas veces escoge caminos por los que ya había deambulado en el pasado y que, a la postre, se mostraron erróneos. Pero la F1 siempre mira y debe mirar hacia adelante. Y la entrada de Liberty en el negocio abre la puerta a que los cambios sean de más calado y en terrenos que hasta ahora la F1 no se había atrevido ni a explorar.   

Este Gran Premio de China ha sido una buena muestra de que, a veces no hacen falta grandes cambios para generar efectos positivos. Y no, no estoy hablando de cruzar la pista para ir a tirar gorra, ni de obrar milagros. No. La carrera de Shanghai me ha dejado la sensación de que los pilotos han estado por encima de las máquinas. Que la destreza, manos, talento y maestría, se han impuesto a ordenadores, simulaciones, telemetrías y retorcidas fórmulas. Y como sucedió en Australia, ha distanciado más aún los pilotos talentosos y experimentados de los que necesitan más trabajo y tiempo en pista para poder estar a su mejor nivel. 

 "El Gran Premio de China ha sido una buena muestra de que, a veces no hacen falta grandes cambios para generar efectos positivos"

La falta de kilometraje dejó en manos de los pilotos parte de la velocidad del coche. Tanto en clasificación como en carrera, tuvieron que adaptarse a las circunstancias, a las condiciones climáticas cambiantes, a la falta de rodaje y a una puesta a punto poco trabajada. Y eso nos permitió ver lo mejor y lo peor de cada piloto. Los nuevos F1, pero también la situación excepcional (por anormal) vivida el viernes en Shanghai, ha devuelto al primer plano los valores más puros y si me permiten, más auténticos de los pilotos. Ni tenían apoyo de los simuladores de la fábrica, ni habían tenido tiempo de compararse las telemetrías, ni de tener largas charlas con los ingenieros para saber lo que le daba o quitaba tiempo y ni copiar, si hacía falta, los reglajes del vecino… Nada, o casi nada. Una hora de test, decidir puesta a punto y reglajes para clasificación y carrera y a pista. Un desafío del que solo unos poco salieron airosos. Y no me miren solo el resultado final de la carrera.   

"Pero ¿y si nos olvidamos de los viernes? Descartarlos no tiene por qué estar reñido a poder probar en pista"

Sí, sí. Seguro que hay mil propuestas encima la mesa para mejorar el espectáculo de la F1. Y seguramente todas buenas e interesantes. Pero ¿y si nos olvidamos de los viernes? Descartarlos no tiene por qué estar reñido a poder probar en pista. Los kilómetros del viernes se podrían compensar con más días de pruebas. No me malinterpreten. No estoy levantando la veda a los entrenamientos libres ni abogando por la vuelta de los equipos de test. Estoy hablando de pruebas post carrera. Vaya, que les cambio 5 viernes por un martes y un miércoles. Así de simple y llano. Y además, para ahuyentar problemas derivados de la instalación, les dejamos que el viernes den 5 vueltas a velocidad limitada y con los neumáticos más duros del fin de semana. Esto último no es nuevo: lo viene haciendo desde ya hace tiempo la Fórmula E. Un shakedown para comprobar que todo funciona, no tenemos problemas de montaje y podemos salir el sábado a por todas. Como sucedió en Shanghai, pero sin la niebla. Bendita niebla. 

El punto de inflexión está ya hecho. Tenemos mejores coches, vemos brillar a los mejores pilotos, pero nos falta una plataforma mejor. La F1 puede y debe ahora aprender de sus errores. Pero si aún no es capaz de ello, que aprenda de los otros. En las manos de Liberty está: “Ross, sé fuerte”.

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