Análisis

Cómo Red Bull-Renault corrompieron un gran legado en la F1

El rompimiento de la sociedad Red Bull-Renault en la F1 arriesga un gran legado.

Sebastian Vettel, Red Bull Racing RB10

Sebastian Vettel, Red Bull Racing RB10

Sutton Motorsport Images

Max Verstappen, Red Bull Racing RB14
Cyril Abiteboul, director general de Renault Sport F1 y Christian Horner, director del equipo Red Bull Racing
El hombre de la pole Sebastian Vettel, Red Bull Racing RB7
Cyril Abiteboul, director general, Renault Sport F1 Team, en el escenario
Max Verstappen, Red Bull Racing RB14
Christian Horner, director del equipo Red Bull Racing, Dr. Helmut Marko, consultor de Red Bull Motorsport y Cyril Abiteboul, director general de Renault Sport F1
Max Verstappen, Red Bull Racing RB14
Mark Webber y Sebastian Vettel, Red Bull Racing
Max Verstappen, Red Bull Racing RB14
Sebastian Vettel, Red Bull Racing RB8
Christian Horner, jefe de equipo de carreras de Red Bull y Cyril Abiteboul, Managing Director de Renault Sport F1
Cyril Abiteboul, director Renault Sport F1 Team

El director del equipo Red Bull, Christian Horner, podría estar refiriéndose a cualquier cantidad de logros cuando anunció el cambio de motor de su equipo a Honda para 2019. El directivo mencionó haber disfrutado de "algunos momentos increíbles" con Renault.

Un primer año con Cosworth (un legado de su adquisición del equipo Jaguar) y una temporada con Ferrari fue seguido por 11 temporadas con Renault, una asociación que comenzó gracias a Adrian Newey quien se fijó en los beneficios del paquete del motor del fabricante francés.

Desde entonces, Renault ha ayudado a Red Bull a lograr 57 victorias en Grandes Premios, un conteo más grande que el que Ferrari y McLaren han logrado desde que la compañía de bebidas energéticas creo su equipo de F1 en 2005, y que además suma 113 podios.

La potencia de la asociación se ve mejor subrayada por el funcionamiento de cuatro campeonatos del mundo consecutivos de pilotos y constructores en la F1 del 2010 hasta 2013, y estadísticamente se recordará como un gran éxito de todos los tiempos.

Red Bull y Renault tienen más triunfos juntos que McLaren-Honda y Lotus-Ford y un conteo casi idéntico a Williams-Renault, pero su unión no será recordada con algo como el cariño que se les brinda a los demás gracias a las tensiones que han dominado en los últimos años.

El hecho de que Renault haya jugado un papel importante en la exitosa carrera por el título de Red Bull con Sebastian Vettel es indiscutible, particularmente con su papel de dominio del difusor soplado en 2011, aunque también fue ayudado por un período de desarrollo de motor congelado.

Sin embargo, el cambio a los motores turbo-híbridos V6 cambió el equilibrio de la potencia con firmeza a la operación del motor Mercedes, mientras que Renault se desplomó a un distante tercer sitio en el departamento de motores. 

Red Bull logró ganar tres grandes premios en 2014, todos con Daniel Ricciardo, pero la salida de Vettel a Ferrari y un rediseñado motor Renault generaron un 2015 sin triunfos, lo que provocó una reacción pública con consecuencias tangibles.

Eso llevó a Red Bull a considerar una terminación anticipada de su contrato con Renault, y desencadenó encuentros con Mercedes y Honda que no llegaron a nada en ese momento.

Se negoció un nuevo acuerdo entre Red Bull y Renault más allá de 2016, pero tuvo un precio: Red Bull se separó del patrocinador Infiniti para asociarse con Tag Heuer y nombraría sus motores después como la marca de relojes de lujo. 

La relación mejoró en 2016 y, entre que Max Verstappen ganara en su debut en Red Bull en el GP de España antes de que Daniel Ricciardo sumara una segunda victoria en Malasia, se extendió nuevamente hasta finales de 2018, junto con el equipo junior de Red Bull, Toro Rosso.

A finales de 2017, Red Bull y Renault habían ganado otras tres carreras frente a la superioridad de Mercedes y Ferrari, pero la batalla política de puntaje continuó en forma de críticas continuas de Red Bull en el estancamiento de rendimiento y desarrollo de Renault, y del fabricante francés sobre cómo su cliente manejó sus comunicaciones.

La primera víctima fue Toro Rosso, que cambió a Honda para 2018 como parte de un complicado carrusel que extrajo a McLaren de su exclusivo suministro de Honda.

Red Bull y Renault habían hecho ruido sobre la extensión de su acuerdo de nuevo a finales de 2020, lo cual parecía casi listo luego de que el equipo francés externara su deseo por continuar. 

La relación sigue siendo de rivalidad, con desacuerdos públicos sobre cuándo se debía tomar una decisión para 2019 y Renault afirmando que Red Bull no estaba aprovechando al máximo su modernización del motor debido a su suministro de combustible independiente. Esto sucedió en un contexto de Red Bull usando a Toro Rosso para evaluar a Honda como una opción viable. La decisión definitiva sobre el suministro de motor se esperaba por parte del equipo austriaco antes de su gran premio de casa, pero todo se ha acelerado. 

Eso consolidó el final de la alianza Red Bull-Renault y será visto predominantemente como el último capítulo de una larga y, a veces, tóxica saga.

Esto eclipsa el enorme éxito que las dos partes han logrado juntas, aunque quizás con el tiempo la sociedad tendrá el respeto que merecen sus logros.

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