Cómo la cámara Driver's Eye cambió la retransmisión de la TV
Las retransmisiones de la Fórmula 1 han progresado mucho en la última década en busca de una mejor información para los aficionados. Analizamos la cámara del casco.
Los gráficos que los telespectadores ven en pantalla evolucionan constantemente, con cambios que se hacen con la intención de ayudar a los aficionados a entender mejor todo lo que está pasando durante las diferentes sesiones de un fin de semana de Fórmula 1, mientras se exploran constantemente nuevos ángulos y técnicas para dar vida a lo que pasa en la pista.
Pero ningún ángulo de cámara ha tenido tanto éxito como la famosa 'eye-cam' a la hora de ofrecer a los aficionados una sensación real de lo que ven los pilotos dentro del cockpit de un F1. Gracias a una pequeña cámara de 9 mm x 9 mm instalada en el acolchado del casco, los fans pueden ver de una forma mucho más real lo que los pilotos observan a través de sus cascos, creando imágenes que realmente son espectaculares y llamativas para la realización de la televisión.
Uno de los momentos más increíbles de 2022 se produjo en la carrera inaugural de Bahrein, cuando Charles Leclerc y Max Verstappen lucharon por el liderato durante varias vueltas. Los directores de F1TV pudieron pinchar la eye-cam o cámara del casco del monegasco durante toda la pelea, lo que creó una visión increíble de cómo se ve una batalla así desde la vista del piloto.
Diseñar una cámara capaz de transmitir imágenes y al mismo tiempo ajustarse a los requisitos de seguridad del casco fue un gran reto. Alex Haristos, director de operaciones de Racing Force Group, fundadora y propietaria de la tecnología de la eye-cam, explicó a Motorsport.com que la seguridad fue la principal prioridad durante todo su desarrollo para obtener el apoyo total de la FIA.
"No partimos de la premisa: 'Tenemos que tener una cámara con la mejor imagen', sino que los primeros requisitos estaban relacionados con la seguridad", explicó Haristos. "Trabajamos al revés. Eso fue lo más difícil, porque encontramos la posición adecuada junto al ojo del piloto, sobre el revestimiento protector. La cámara tiene que ser más pequeña que el tamaño del forro cuando toca fondo, para que la cara del piloto nunca entre en contacto con la cámara".
Después de mucho estudio, la empresa encontró una cámara y los sensores necesarios para un espacio tan reducido, y la electrónica más amplia se conectó mediante el coche con un cable muy fino hasta llegar al casco. Haristos afirma que fue un gran avance después de "seis o siete intentos" de integrar la tecnología de una cámara en el casco del piloto.
"El nuestro fue el primero, y fue un gran éxito", afirma. "Probablemente ni siquiera me di cuenta al principio, pero la gente ya lo estaba esperando".
Sin embargo, no hubo un clamor inmediato por parte de la F1 a la hora de introducir esa tecnología en su cobertura televisiva, lo que llevó a Haristos y sus socios a hablar con la Fórmula E, que, según dice, se mostró "muy receptiva". Finalmente resultó ser el terreno perfecto para el desarrollo de la eye-cam, aunque la preocupación de los equipos por el hecho de que la información de sus volantes estuviese visible para todo el mundo, obligó a difuminar algunos ángulos de la cámara.
Pero a largo plazo, el objetivo de la empresa siempre había sido trabajar con la máxima categoría del automovilismo, y no perdieron mucho tiempo una vez expiró la ventana de exclusividad con la Fórmula E en el verano de 2021. "Diez días después ya estábamos en Spa con Fernando Alonso y pudimos llevar a cabo esa primera prueba", dice Haristos. "Fue extremadamente emocionante".
Haristos recuerda estar en el centro de retransmisiones de la F1 junto a dos directores de televisión, Roberto Dalla y Dean Locke, mientras veían llegar las primeras imágenes captadas en un F1 a través de la eye-cam. Inicialmente sólo iba a ser una prueba sin más, pero eso cambió de forma repentina. "Después de unos segundos, miraron las imágenes y rápidamente dijeron: '¿Podemos emitirlo? Nos gustaría poder emitirlo'. Obviamente dije que sí, que vale, que lo hiciéramos. En cuanto lo hicieron, unos 30 segundos o un minuto después, todos los teléfonos de la sala empezaron a sonar. Todo el mundo quería saber qué era lo que había aparecido en la televisión".
La cámara del casco pronto se convirtió en una parte muy importante de la oferta televisiva de la F1 como parte de un proyecto totalmente personalizado para la máxima categoría. En 2022, estas cámaras se instalaron en todos cascos de los pilotos que utilizaban a Bell como marca (ya que forman parte del Racing Force Group), lo que a su vez permitió perfeccionar la posición de la cámara para mejorar el ángulo y la estabilización, aunque sin perder la crudeza que hace que las imágenes sean tan auténticas y cercanas a la experiencia de los pilotos.
Haristos considera que la tecnología fue "muy bien aceptada" en general desde su primer día en la F1, ya que era una situación en la que todas las partes salieron ganando. "Hacemos negocios con la Fórmula 1 y ellos producen contenidos que pueden vender a las cadenas de televisión, y los equipos a su vez obtienen más exposición", afirmó. "Y de una forma única, por primera vez, el piloto también obtiene exposición personal de lo que está viendo cuando está subido en el coche a gran velocidad".
Guanyu Zhou bromeó el año pasado con que el ángulo de la eye-cam hacía que fuese "una pesadilla para mí analizar mi línea de conducción en comparación con las otras [cámaras]", pero reconoció que era "un material muy chulo" para los aficionados, que seguían siendo el público objetivo.
"Es más para el público", explicó. "Pero para el equipo es difícil, porque todos pueden ver lo que estás cambiando en los interruptores del volante, por lo que la información es menos privada". A diferencia de la Fórmula E, en la F1 no se difuminan los distintos mensajes, botones o movimientos que se hacen en el volante.
El gran éxito del cámara del casco en 2022 ha hecho que su implantación sea obligatoria para todos los pilotos de la parrilla en 2023, tal y como pidió la Comisión de la F1 en una reunión celebrada el año pasado varios meses después de su estreno televisivo. Según Haristos, el diseño modular de la cámara permite adaptarla a los cascos de los fabricantes que no son Bell: "La clave fue desarrollar algo que tuviera la capacidad de adaptarse a diferentes contextos", explicó. "Cuando empezamos este proyecto, el escenario soñado era que esa tecnología estuviera disponible para todos. Esta tecnología fue lo que nos puso [a todos los fabricantes] a todos a trabajar en la misma dirección, y les dimos a todos el apoyo necesario para adaptar la tecnología e instalarla en sus cascos".
La actual cámara del casco es la versión 2.5, y ya ha reducido su peso en casi un 50% (de 2,5 g a 1,4 g), mientras que en lo que respecta a su tamaño, de los 21 mm x 12 mm iniciales ha pasado a los 9 mm x 9 mm que tiene actualmente. Pero a medida que se avanza y su desarrollo continúa, se cree que podría utilizarse incluso más allá del mundo del automovilismo.
"El esquí es un buen ejemplo", dijo. "¿Te imaginas bajar por la pista con una visión tan envolvente? Pero ahí no tienes un coche, sólo tienes al deportista, además hay una serie de normas de seguridad que cumplir. ¿De dónde sacas la fuente de alimentación, etc.?".
En del automovilismo, el interés que ha creado la eye-cam podría hacer que su uso se expanda a todo el mundo de la competición, incluso a categorías en las que los coches cuentan con una cabina completamente cerrada como la NASCAR y las carreras de coches deportivos como el WEC o WRC. "La posibilidad de ofrecer al público esta experiencia desde el punto de vista del piloto es algo que atrae a todo el mundo", afirma Haristos. "Ha tenido muy buena acogida, incluso en los coches que son cerrados. Voy a estar presente en la inauguración de la temporada de Supercars en Australia, prevista para el mes de marzo, y vamos a estrenar nuestra tecnología también allí. Es muy emocionante", admitió.
Puede que no sea muy útil para los pilotos y los equipos desde un punto de vista práctico, pero en la era de Drive to Survive, en la que crece la demanda de los aficionados de apreciar más de cerca la experiencia de los pilotos, la cámara del casco ha roto grandes fronteras.
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