Audi por ahora no acepta las condiciones de McLaren

Entre los diversos temas de actualidad en la charla entre los conocedores de la Fórmula 1 que se cruzan en el paddock, surge periódicamente la entrada del Grupo Volkswagen en la Fórmula 1.

El plan del holding alemán es incorporar a la máxima categoría dos fabricantes de automóviles diferentes, concretamente Audi y Porsche, y aunque la fecha de estas entradas es la temporada 2026, las negociaciones para las combinaciones y adquisiciones están en marcha desde el pasado verano.

Concept livrea Porsche F1

Los rumores sobre Porsche son ciertos, con conversaciones con Red Bull sobre un papel como proveedor de unidades de potencia. Como es sabido, tras la salida de Honda, Red Bull ha puesto en marcha un programa de tren motriz cuya primera tarea será servir de referencia para la revisión de los motores japoneses que quedan como dote hasta el final de la temporada 2025.

El proyecto previsto para Audi es mucho más complejo y articulado, ya que en este caso el programa prevé una presencia en pista con un equipo propio. Por lo tanto, hay que tener en cuenta el lanzamiento de un equipo completamente nuevo (una opción que implicaría el pago de una franquicia de 200 millones de dólares) o la adquisición de un equipo existente.

Dettaglio delle fiancate della McLaren MCL36

Photo by: Uncredited

Evidentemente, esta última posibilidad es preferible, entre otras cosas por el tiempo que se tarda en ponerlo en marcha, pero no hay muchas posibilidades en el mercado. Desde hace tiempo se habla de negociaciones entre Audi y McLaren, y en los últimos días han surgido indiscreciones sobre los puntos más calientes de esta negociación.

La casa alemana está interesada en la estructura de la Fórmula 1, pero cuando sondeó la posibilidad de poder hacerse con el equipo, la respuesta recibida fue mucho más elocuente. Según informaciones recogidas en el paddock de Shakir, la contrapropuesta recibida conduce a un escenario más complejo, que implica la venta de todas las acciones del Grupo McLaren, es decir, la empresa que diseña y produce los coches de carretera, y sólo una parte del equipo de Fórmula 1.

De hecho, una parte importante de la escudería (33%) fue vendida en 2020 al fondo de inversión estadounidense MSP Sports Capital por 185 millones de libras, mientras que el resto sigue en manos del Grupo McLaren.

Pero incluso en el escenario de una posible venta del fabricante de automóviles, la actual dirección de McLaren aún querría mantener una participación en el equipo de Fórmula 1.

Alex Albon, Williams FW44

Photo by: Mark Sutton / Motorsport Images

Todavía no está claro cuál es la posición de Audi ante este escenario, pero las alternativas no son muchas. Se ha hablado de un posible interés por Sauber, pero sobre todo de contactos con Williams, que tiene en Jost Capito a un antiguo responsable de VW.

En agosto de 2020, el equipo británico fue comprado por Dorlington Capital por una suma (confirmada por varias fuentes financieras) de 150 millones de libras. Dorlington es un fondo de inversión, y desde luego no está presente en la Fórmula 1 por motivos deportivos, por lo que ante una buena oferta es realista pensar que el equipo podría cambiar de manos.

Sin embargo, si el comprador tiene objetivos absolutos, como en el caso de Audi, tiene que tener en cuenta una inversión importante para equiparar la estructura con los equipos punteros actuales, dado que Williams es ahora una estructura que compra mucho en el exterior, como prevé el acuerdo con Mercedes. Se necesita más capital pero, sobre todo, se necesita tiempo, de ahí la reserva en las evaluaciones.

Por último, hay un aspecto que juega en contra de los que pretenden entrar en la Fórmula 1 hoy en día. Tanto Audi como el grupo representado por Michael Andretti se enfrentan a un importante crecimiento de la categoría, que ha visto aumentar la cuota económica distribuida a los equipos por el titular de los derechos comerciales, es decir, Liberty Media.

La llegada del límite presupuestario también ha contribuido a que los equipos sean empresas financieramente más sanas, transformándolas (en el caso de los equipos punteros) de programas sin límites de gasto a estructuras capaces de producir beneficios.

Este aspecto ha contribuido a que el valor de los equipos aumente considerablemente (se ha duplicado en sólo dos temporadas) con gran satisfacción para los que tienen un equipo, y muchas más complicaciones para los que aspiran a tenerlo.