De entrenador de futbol a piloto del Dakar

El Dakar, más allá de una competición de automovilismo, es toda una aventura. Por su carácter único, su exigencia y el entorno que lo rodea, es una prueba que cautiva a los aficionados y en la que muchos querrían participar, incluyendo aquellos que han pasado por otros deportes. 

André Villas-Boas no es un aficionado como tal, porque durante su juventud ya probó en el mundo del motor, pero había un mayor éxito guardado para él. En su faceta como entrenador brilló desde muy pronto, teniendo que dejar el volante para enfocarse al deporte de las patadas. Ganó la UEFA Europa League con el Oporto en 2011 posteriormente fue fichado por el Chelsea y también ha entrenado al Tottenham, al Zenit ruso y a un equipo chino.

El propio piloto-entrenador explicó cómo llegó a inscribirse en el Dakar 2018: "Hablé con mi amigo Alex Doringer, director de KTM, y me comentó que necesitaría una preparación completa durante un año si quería conseguirlo y que era mejor que me orientara más bien al coche en lugar de en moto. Así que me puse en contacto con el Team Overdrive, ¡y voy a estar en la salida!”.

Su copiloto en el Dakar 2018, que se disputa del 6 al 20 de enero, será su amigo Rubén Faria, que fue segundo en motos en la edición 2013.

“Cuando André me llamó para proponerme que participara con él, me lo tuve que pensar... ¡cinco segundos! Es un reto fantástico y creo que podemos hacer un buen Dakar, es decir, llegar al campamento todos los días y ¡no demasiado tarde!”, comenta Faria.

Villas-Boas, de 40 años, participará con un gran coche, el pick-up Hilux con el que Nasser Al Attiyah se llevó el mundial.