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La altitud, el otro enemigo del Dakar

En la 39ª edición del Dakar, los seis días, incluido el de descanso, en torno a los 4.000 metros de altitud suponen un reto tanto para los participantes como para la organización.

Motocicletas en el salar de Uyuni en la octava etapa

Motocicletas en el salar de Uyuni en la octava etapa

A.S.O.

Ambiente Boliviano
#52 KTM: Ivan Cervantes
Fans bolivianos
#321 Peugeot: Cyril Despres, David Castera
Etienne Lavigne en la etapa final del Dakar
Fans bolivianos
Andorra Dakar Esponsorama
Ambiente en el Dakar
Dakar ambiente
Dakar ambiente
#12 KTM: Laia Sanz
#321 Peugeot: Cyril Despres, David Castera
#12 KTM: Laia Sanz
#52 KTM: Ivan Cervantes

La altura será clave en la edición 2017 del Dakar. La organización ha introducido cinco días que rondarán los 4.000 metros, llegando a los 4.500 como cota máxima, y el día de descanso, el 8 de enero, será en La Paz, a 3.700. Los expertos en fisiología y entrenamiento advierten de que aquel que no esté preparado o no tolere bien tales altitudes sufrirá más de la cuenta.

Cerca de los 5.000 metros de altitud, el oxígeno disponible se reduce al 50% respecto al que podemos respirar al nivel del mar, es decir, del 20,9% disponible para nuestros pulmones en el aire de la costa, baja al 10%. 

El Dr. Ángel Gutiérrez, especialista en fisiología del deporte del Instituto Nacional de Educación Física (INEF) de Granada advierte de que los principales inconvenientes con los que se encontrarán los pilotos del Dakar en esta edición serán "básicamente el insomnio (ojo a los inductores del sueño que pueden ser contraproducentes, hay que manejar bien los fármacos), el dolor de cabeza, la deshidratación y la fatiga.  Hay que cuidar especialmente la alimentación, la hidratación y el descanso".

Todos los expertos consultados por Motorsport.com dejan claro que lo ideal para quienes van a competir es realizar "estancias previas en altitud" o "aclimataciones en cámaras hipóxicas" que simulen las condiciones de oxígeno a 4.000 metros

"Hay tres maneras de entrenar en hipoxia: la que todo el mundo conoce que es subirte a una montaña y aclimatarte (cuanto más cerca del periodo de competición, mejor); hipoxia en reposo, que es una mascarilla y tumbado te vas aclimatando a una altura concreta (hasta 7.000 metros) y en ejercicio, que es la que más mejoras produce", comenta Iván Rodríguez, experto en entrenamiento en hipoxia.

Así, pilotos que se espera luchen por la victoria en sus categorías como Carlos Sainz, Joan Barreda, Toby Price, Nani Roma o Laia Sanz, han estado entrenando en montaña o en cámaras hipobáricas que simulan la presión atmosférica y la concentración de oxígeno que existen a esas altitudes. 

En contra de lo que cabría esperar, una persona bien preparada físicamente no sufre menos en altura que otra que no lo está. "Es una falsa creencia. El mal agudo de montaña (MAM) depende de características individuales, genéticas.  Hay sedentarios fumadores que toleran muy bien la hipoxia, mientras que deportistas en forma han de abandonar zonas elevadas de forma casi inmediata", explica el Dr. Gutiérrez.

"El organismo tiene que responder a una situación de estrés y entonces tiene mayores requerimientos energéticos (más frecuencia cardiaca y respiratoria, mayor diuresis para concentrar la sangre y esto te deshidrata…)", explica lo que tiene que afrontar el ser humano a esas alturas el Dr. Ginés Viscor,  catedrático de fisiología de la Universidad de Barcelona, que ha hecho pruebas a tres de los pilotos catalanes que competirán en esta edición del Dakar

"La hidratación es clave a estas alturas. Evitar alimentos con alto contenido en grasas y complicados de digerir. Se aconseja una dieta rica en carbohidratos que compensen la pérdida de azúcares".

El metabolismo habitual del ser humano, es decir, la manera en la que funcionan nuestras células, se ve modificado a estas altitudes. "A más altura el cuerpo consume menos grasas, porque para ello hace falta oxígeno. A más altura consumes muchos más hidratos de carbono. Como no lo tengas previsto en etapas largas, te puede dar la famosa 'pájara' [pérdida repentina de energía]", comenta Rodríguez, experto en entrenamiento en hipoxia.

Los expertos advierten también de que debido a la falta de oxígeno el sueño puede no ser reparador y esto puede llevar a los pilotos a sentirse más cansados, menos concentrados y cometer más errores. 

"El mal agudo de montaña es un síndrome neurológico que puede suceder a partir de los 2.500 metros y que consiste principalmente en cefalea, falta de apetito, náuseas, desorientación o trastornos digestivos. En un par de días o tres generalmente remite. Si alguien tiene una intolerancia muy grande a la altitud sí puede tener mayores complicaciones, pero no es lo más frecuente", explica Viscor de uno de los más temidos enemigos de los casi 490 participantes que lucharán en el rally más duro del planeta.

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